La vida de todos los pueblos de LAS ARRIBES del DUERO ha girado siempre alrededor de la naturaleza, pues ella es la que nos da vida y los alimentos, la que regenera nuestras viñas y campos. El agua, las cascadas del Duero y los arroyos, las riadas, los días de llena, las águilas, los alimoches, los buitres... cada uno ha jugado su papel en la vida sencilla de campo de estas gentes de Las Arribes.
Por cada esquina, por cada fuente, los viejos del lugar te contaban antaño historias muy sencillas, hechos trágicos o divertidos, que con el paso de los años y los siglos se habían convertido en míticos.
Así, a la parte de arriba del sitido donde se encuentra la Presa de Aldeadávila de la Ribera se le llamaba "El Salto del Gitano", a la parte inferior que era un derrumbadero de rocas, y de cascadas y rápidos con grutas incluidas se apodaba "El Pozo de los Buitres" y se acudía de excursión o "a rodar el huevo". Los cabreros, precisamente por estar siempre solitarios, y rodeados de sus cabras, riscos, peñas y buitres tenían su mitología especial, al igual que los cientos de historias de contrabandistas de postguerra, años 40 y 50. En Mieza de la Ribera, muy cerca de "La Codi" también se puede admirar la recta del Duero desde el "Mirador del águila".
No había problema con los animales que morían, ni con el "mal de las vacas locas", puesto que el Concejo, hasta los años 50 tenía alquilado un Corral en "La Horca" en donde se depositaban los cadáveres de mulos, borriquitos, ovejas, cerdos, incluso vacas que morían, y después de examinar el albéitar, se tiraban los cadáveres en este corral...poco tiempo tardaban los buitres y águilas en reunirse a montones para devorar los restos, y permitir que la Naturaleza siguiese su camino...de una forma natural.
¡Cuánto podíamos aprender ahora!
Por cada esquina, por cada fuente, los viejos del lugar te contaban antaño historias muy sencillas, hechos trágicos o divertidos, que con el paso de los años y los siglos se habían convertido en míticos.
Así, a la parte de arriba del sitido donde se encuentra la Presa de Aldeadávila de la Ribera se le llamaba "El Salto del Gitano", a la parte inferior que era un derrumbadero de rocas, y de cascadas y rápidos con grutas incluidas se apodaba "El Pozo de los Buitres" y se acudía de excursión o "a rodar el huevo". Los cabreros, precisamente por estar siempre solitarios, y rodeados de sus cabras, riscos, peñas y buitres tenían su mitología especial, al igual que los cientos de historias de contrabandistas de postguerra, años 40 y 50. En Mieza de la Ribera, muy cerca de "La Codi" también se puede admirar la recta del Duero desde el "Mirador del águila".
No había problema con los animales que morían, ni con el "mal de las vacas locas", puesto que el Concejo, hasta los años 50 tenía alquilado un Corral en "La Horca" en donde se depositaban los cadáveres de mulos, borriquitos, ovejas, cerdos, incluso vacas que morían, y después de examinar el albéitar, se tiraban los cadáveres en este corral...poco tiempo tardaban los buitres y águilas en reunirse a montones para devorar los restos, y permitir que la Naturaleza siguiese su camino...de una forma natural.
¡Cuánto podíamos aprender ahora!
Frutales en La Horca de Aldeadávila de la Ribera
No hay comentarios:
Publicar un comentario