La Historia diferente de las Arribes del Duero- parte 98
El límite territorial que
tenían en 1280-1313 las aldeas que
pasaron a formar parte del Señorío de Don
Pedro de Molina [1]
en las Arribes salmantinas, no tenían porqué coincidir con los actuales términos
municipales, ni mucho menos, de hecho es fruto de un proceso continuo de
cambios: anexiones, donaciones, y segregaciones, posiblemente en estos años
finales del s.XIII se traten de ciudadelas y atalayas en algunos casos
documentados: Aldeadávila y Corporario, Masueco.., y en otros únicamente de casas-fuertes con unos soldados
y alcaydes defendiéndolas, y con un caserío servil con unos límites
territoriales muy difusos y endebles, siempre en tensión...
El objeto de esta donación
real de la comarca, es seguro que aparte de entregar dote a su segundón, tiene como finalidad última la
defensa y fortificación de un territorio ante las amenazas del gran rey Dom Dinís, que consiguió grandes logros
militares y de reorganización del reino, sobre todo en estos años, fortificando
grandemente la frontera lusa y conquistando todo el área salmantina de la Riba-Côa .
Y Sancho IV sin duda acertó, Don
Pedro se distinguió por su buen hacer en las guerras como caballero, con
éxitos militares indudable contra el Reino
de Granada, sin duda gran parte de los humildes concejos le temían, y tenía
el apoyo explícito para su Regencia de la nobleza leonesa, extremeña y gallega,
pero no la castellana.
Esta es una época, a raíz
del Tratado de Alcañices de fuerte
presencia salmantina y zamorana en la corte, de hecho el futuro rey Alfonso XI nacería el 13 de agosto
de 1311 en la ciudad del Tormes. Así mismo el infante D. Pedro de Molina, nieto de Alfonso X el Sabio, Señor de Ledesma tuvo un hijo natural: Don Sancho Pérez de Paz[2],
“que á la edad de diez y nueve años le tuvo de una señora de Salamanca, nació
en la calle de la Rúa ,
por los años de 1280” .
La Zarza de Pumareda, año 1939