Cine en las Arribes del Duero

Cine en las Arribes del Duero
Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

viernes, 13 de septiembre de 2013

SANTA MARINA (I) por Luis Mata

Os paso por entregas esta larga poesía en cuartetos, dedicada a un paraje mítico, donde las nieblas de la HISTORIA, la vigorosa y sorprendente NATURALEZA del DUERO DOURO, y la religión se funden.

Se trata de una obra en cuartetos de nueve sílabas, y rima entera en versos alternos, publicada muy poco antes del fallecimiento de Luis Mata Martín (1999)  http://es.wikipedia.org/Aldeavileños  como queriendo despedirse de lo más querido de nuestra Villa: la devoción a la Beata SANTA MARINA y su famosísima leyenda -conocida en Salamanca y en el Distrito de Bragança- donde se unen los mitos de la conquista árabe -siglo VIII- con la tradición latina de la Calzada y vado que atravesaba el Duero en este punto, y los primeros momentos de la repoblación leonesa en el siglo XII.

La Cueva donde se abrió milagosamente la peña, el cenobio franciscano de La Verde, su famoso Huerto tropical, la calzada romana y la leyenda continúan existiendo...incluso los antiquísimos restos de RIVAS, el poblamiento altomedieval bien defendido sobre los farallones del Duero y El Rupinal, que alguien ha querido ver como una importante población antes de la primera repoblación Leonesa, y de la que habló Don Miguel de Unamuno.

http://es.wikipedia.org/wiki/Convento_de_La_Verde 

El Gran Cañón del Duero, junto a La Verde en 1956, donde ahora se levanta la Presa de Aldeadávila de la Ribera.

"Santa Marina

¡Oigase del llanto el coro,
mientras lamento y maldigo
la derrota, que el rey moro,
infligiera a Don Rodrigo!

Desde el río Guadalete
a los montes asturianos,
la media luna somete
a los dispersos cristianos. 

Queda la cruz sepultada,
en la España doloriuda,
pues llevarla enarbolada
peligrar hace la vida.

No obstante, hay gente gloriosa
que grita, con alegría,
cuando muere, jubilosa,
¡Viva la Virgen María!

Las ciudades permanecen
con los muros derribados,
y los campos amanecen
tristes, yermos, desolados.



Insoportable tributos,
a los moros agresores,
deben pagar, con sus frutos,
los humildes labradores.

Y así, en laborar se afanan
sin descanso, entre sudores,
aunque todo cuanto ganan
lo llevan los invasores..."