Las fotografías son de la ermita medieval de San Sebastián que fue ermita , pósito de cereales municipal y cementerio de Aldeadávila. ARRIBES DE SALAMANCA. Fotos cortesía de Paco Marquina.
En el año 1506 se decidió celebrar las Cortes del Reino en Salamanca, para arreglar las desavenencias que produjo el testamento de Doña Isabel, con relación a la regencia del reino que estaba llevando D. Fernando.
Es probable, pues, que entre las audiencias que se realizaron, estuviera una del Licenciado de la Torre, con su propio hermano Sr. Briones.
En el cedulario del Rey Católico, fechado entre 1508 y 1509 aparece “Aldea de Avila” en la sección 569, y perteneciente al Arcedianato de Ledesma[1]. En dicho documento, el Licenciado de La Torre, beneficiario de la parroquia de Aldea de Avila intercede, a través del Revdísimo cardenal de españa, ante su majestado don Fernando I el católico. Este se lo pide al Duque de Alburquerque, su primo, para que le restituya en el puesto. Había sido cesado por el Arcediano de Ledesma. Este documento está fechado a 16 de abril de 1.508 en Valladolid.
También eran favorecidos los capellanes reales en caso de que se diesen pleitos sobre los beneficios[2]. En algunos de los casos por denuncia de los propios capellanes. Así, Rodrigo Díaz de Teyxero, capellán y tesorero de Orense denunció al arcediano de Ledesma Diego de Montserrat porque, según Rodrigo, llevaba vida conyugal con una hermana suya, y solicitaba por ello que se le entregase a él el citado Arcedianato. El Papa ordenó al Arcediano de Camaces, al Escolar y al Oficial de Salamanca que investigasen el caso, y que de ser cierto le entregasen el arcedianato al citado Rodrigo Díaz.
En otros casos, el pleito era incoado contra ellos, pero sus actos ilegales no impedían el que luego se les entregasen los beneficios.
A Rodrigo Díaz de Teyxero le ocurrió años después el caso contrario, al denunciar en 1448 ante el pontífice a Diego de Montserrat, como hemos visto, por llevar una vida escandalosa. El 24 de setiembre el pontífice ordenó que se investigase el caso, y que de ser cierto lo expuesto por el Capellán Real, se le entregase a él la citada prebenda, tal como había solicitado. Efectivamente, sin que sepamos el contenido exacto de la sentencia que se dió, poco después aparece Rodrigo mencionado como arcediano de Ledesma.
La concesión del “Beneficio” de la parroquia de una aldea, era pues una concesión del Obispo salmantino, o incluso del propio monarca, a la que había una gran demanda, puesto que suponía una suma importante de dinero. Por tanto, el Beneficiado de las poblaciones más prósperas, y con mayor censo se daban a nobles, quienes raramente viajarían al lugar, administrando las misas y sacramentos un cura ayudante suyo.
Hemos visto la importancia del “Beneficiado de Aldea de Ávila” Licenciado de la Torre, del que no sabemos su nombre, pero también lo fue de Villarino, entonces dos poblaciones muy prósperas. En esta cabecera de roda vemos como Cura-beneficiado a dos nobles con mucha influencia Alfonso Fernando de Luque, y a partir de 1499 ni más ni menos que a uno de los mejores músicos de la Corte de los Reyes Católicos: Juan de Anchieta.
Fernando de Luque[3] fue el párroco “oficial” de Villarino, hasta el momento de su renuncia: 12 de junio de 1499:
“También el obispo de Salamanca D. Juan de Castilla, por cédula firmada en Herrera de Valdecañas á 12 de junio de 1499, le dio la investidura de Prestamero del lugar de Villarino (provincia de Salamanca), vacante por renuncia de Alfonso Fernando de Luque, clérigo de Jaén, de cuyo beneficio tomó posesión á nombre de Anchieta su Procurador Bernaldo de Vozmediano, con todas las ceremonias de costumbre, entre éstas la de mover la rueda de música…”. Juan de Anchieta contaba entonces 37 años y se encontraba en el momento más importante de su carrera musical.
Juan de Anchieta[4] (Azpeitia, 1462- idem, 1523), fue Compositor renacentista y Cura-párroco, pero también tuvo notable influencia en las cortes de los Reyes católicos y del Emperador Carlos V:
“De antiguo y noble abolengo, pariente de San Ignacio de Loyola.
Hasta el presente nada o muy poco es lo que se sabe de su juventud y de sus estudios musicales, que parece haber cursado en la Universidad de Salamanca.
El primer documento que acredita su personalidad artística es su nombramiento como Capellán y Cantor de la Capilla de Isabel la católica en 1489. Estando al servicio de la Casa Real de castilla, Anchieta obtuvo, además, un beneficio en Villarino (1499), un canonicato en Granada, los títulos de Abad de Arbós, Rector de San Sebastián de Soreasu y por último fue durante algún tiempo Párroco de azpeitia, hasta su muerte. Además, según otro documento, Anchieta fue recibido también como Capellán y Cantor en la Corte del Rey Fernando en 1512. Carlos V, por último, en Real Cédula fechada en 1519[5], afirma: “…el dicho Anchieta está ya viejo para residir en nuestra Corte…” y ordena el monarca que le sean pagados al músico “quarenta e cinco mil maravedís este presente año…y en adelante cada año…[6]
Juan de Anchieta figura, con todo derecho, como una de las figuras principales en los orígenes del arte musical renacentista, y es uno de los creadores de la polifonía religiosa y profana de la España de fines del siglo XV y principios del XVI. Se conocen notables misas y otras obras religiosas de este compositor.
Recientemente se han realizado reconstrucciones del Patrimonio Cultural de gran importancia en Las Arribes: la restauración y conversión en museo de la ermita de San Sebastián de Aldeadávila, la reconstrucción de la ermita en Santa Catalina de Villarino, la apertura de una puerta medieval en la iglesia de este pueblo, y la puesta en valor del Consjunto Monumental de Aldeadávila de los siglos XVIII y XIX.
Esperemos que estos ayuntamientos continúen por este camino positivo.
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[1] Aparecido en la Revista: “Cuadernos para la Historia, Madrid 1.909”. Documento 569, Tomo LV, noviembre de 1.909, cuaderno 5. Se refiere a documento firmado por el Rey Don Fernando I, el 16 de abril de 1.508 en Valladolid.
[2] Óscar VILLARROEL GONZÁLEZ: “Capilla y capellanes reales al servicio del rey en Castilla. La evolución en época de Juan II (1406-1454”); p.326.
[3] “Cancionero musical de los siglos XV y XVI”, p.22. Escrito por Francisco Asenjo Barbieri de la Real Academia de Bellas Artes, año 1890.
[4] “Introducción a la música española del Renacimiento”, p.42. Escrito por Hans Federico Neuman.
[5] Fecha probable en la que Juan de Anchieta deja el Curato de Villarino (1499-1519).
[6] Sin duda, una especie de paga de jubilación de la época.
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