“Aparecen 5.000 duros”
“El Adelanto de Salamanca”, 14 de Abril de 1919, El Corresponsal en Barruecopardo. P.4. Hemeroteca de la B.N .E. el Cura Felicísimo Conde era natural de La Cabeza del Caballo.
Barca de la Aduana de Aldeadávila, muy cerca de "La Codi", en 1906
“Con gran satisfacción voy á contar á los lectores de EL ADELANTO el generoso rasgo del Sr. Cura-Ecónomo de Mieza, D. Felicísimo Conde, coadjutor de Aldeadávila de la Ribera, hasta hace muy poco.Se hallaba el Ilustrado sacerdote revisando unos pergaminos parroquiales cuando he aquí que aparecen ante sus asombrados ojos, billetes del Banco de España, títulos de la Deuda, recibos y otros documentos, por valor de 25.000 pesetas, de cuyo hallazgo dio cuenta á sus superiores acto seguido.
A solas con su conciencia, y sin sospecha remota de que tal cantidad pudiera encontrarse entre aquellos arrinconados libros, bien pudo el Sr. Conde guardársela tranquilamente, que nadie le disputaría el tesoro.
Quién pensaba en ciertas mujeres, que asistieron en sus últimos momentos al difunto sacerdote, víctima de la pasada epidemia; quién decía que la llamada á solas á su hermana, había sido para entregarle la cárter?; ó ya que ésta la había llevado el muerto al sepulcro, del que intentó exhumarle; lo cierto es que nadie sabía dónde había ido el dinero del malogrado D. Gabriel, pero no lo es menos que nadie pensaba ya en tal asunto, y menos que pudiera encontrarse el dinero desaparecido bajo el balduque parroquial.
Buen ejemplo para sus paisanos de Cabeza del Caballo, que pleitean por nimiedades, y para toda la Ribera, cuyo individual egoísmo va rompiendo aquel lazo de desprendimiento y solidaridad, que se va perdiendo aun entre las propias familias, que ya no se hablan y menos se acompañan y ayudan. El Sr. Conde ha esculpido su nombre con áureas letras y elevado el nivel moral de esta comarca, cuya mira será el noble rasgo de tan virtuoso sacerdote, que tanto ha dignificado y honrado á su patria chica.
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Y para terminar, bosquejaré lo que ha habido que hacer para malentretener el hambre del pueblo. Se trajo un vagón de patatas ; se dieron vales; se rebajó á los pobres el pan y la harina y se hizo alguna limosna. Más las patatas se han terminado y las gentes no encuentran austitutivo, por lo que teniendo en cuenta los informes de la bondad de la algarroba, preparamos tina calderada de la sutiltiva legumbre, y aprovechando la oportunidad de estar el pueblo reunido, para oír cánticos y poesías, se las dimos á probar, diciendo unos que eran lentejas y otros que las habiamos condimentado con conejos para darle el buen gusto de su salsa, y la verdad es que á tres libras de algarrobas, 0,60 pesetas, le agregamos tan sólo 0,30 de aceite y 0,10 entre ajo, cebolla, laurel y perejil; total una peseta, para hartar á una docena de personas de buen estómago.
En la farmacia se venden, pues, lentejas de Saucelle, con gran contento de muchos pobres, que en otro caso ni sabrían ni tendrían que comer.
Ministros de la Corona, representantes en Cortes y diputados provinciales, no miréis sólo al que alborota en la ciudad, atended igualmente al que depaupera en las aldeas, donde no hay trabajo, ni cultura, ni apenas caridad.
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Aunque la situación económica no ha variado, y aquí sí hay motivos para emigrar por carecer de todo, hoy es el color verde el que matiza mi crónica como símbolo de las más halagüeñas esperanzas.
Escatimado y desvirtuado el concurso de caminos vecinales, cuyo proposito era el de hacer todos cuantos se solicitaran dentro del mínimum de oferta, que no otra cosa significaba el reproche de Cambó á los pueblos que no habían acudido al llamamiento del Gobierno en anteriores concursos; trastornado, repito, por las mil adversas circustancias, aún nos quedan dentro del pequeño alcance de lo asignado á esta provincia los caminos de Aldeadávila y Vilvestre á Barruecopardo, y Bermellar al camino de Resbala.
Bien sensible es que el exiguo radio á que se extiende el millón y pico de pesetas de Salamanca deje fuera los caminos de Vitigudino y Milano máxime que este había dado grandes facilidades; pero no ha de atenuar el gran avance de esta Ribera hacia el establecimiento regular de sus principales comunicaciones, ni ha de mitigar el entusiasmo de los amantes de su adelanto, ni de los necesitados de tales vías para vivir.
El agricultor y ganadero, el industrial, el comerciante, el bracero, todos sin excepción, sufrían el atraso hurdano de esta comarca, tan susceptible de mejora, y todos maldecían el intransitable estado de sus caminos, que traían aparejadas la miseria y la incultura. Ya no se piensa que la carretera da salida á la tímida aldeana para convertirla en desenvuelta señorita, ni que el mozuelo sanote abandone á la anciana abuela para perderse en la ciudad. No. Los caminos son fuente de vida, base de cultura y medio acaso por donde fluya lo podrido de los pueblos.
El Corresponsal”.
En CORPORARIO, por aquellos años se cantaba la siguiente versión del "Romance de la Muerte":
"Ya no hallaba qué cazar,
ni tampoco caza había
si no son los cuervos negros,
que los perros no querían".
Recogido Fedrico de Onís en CORPORARIO, en 1910. Fuente: "Cuesta del Zarzal. Blogia"
Cartel de Senderismo de Mieza. Por el Balcón de LA CODI.
Uno de los más bellos Miradores de LAS ARRIBES es el "Balcón de LA CODI", que en nuestra antigua Habla de la Ribera, significa precisamente eso: "Balcón, Mirador". Fue admirado repetidas veces por Miguel de Unamuno.
Ahora precisamente que la Diputación de Salamanca se olvida de esta parte de las Arribes, y sólo publicita y mejora los Miradores entre Vilvestre y La Fregeneda.
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