La puerta de entrada al Barrio de Abajo de Aldeadávila de la Ribera -con su laberinto de pasadizos, callejas y peñas- es el toral de las cuatro calles.
Esta pequeña placita,a la que se llega siguiendo el desnivel o cuesta abajo desde la plaza mayor, es un lugar de gran simbolismo en la historia de la villa.
En la época reciente de construcción del Salto de Aldeadávila, cuando corría el dinero en las jóvenes manos de obreros y peones, uno de los locales de moda entonces -años 54 al 64- era el bar de José el Morugo, donde se reunían las peñas de jóvenes, y donde corría el vino, la buena charla y la diversión. Me cuentan mis amigas mayores- con más de 80 años- que también era frecuente celebrarse bailes en la placita de las cuatro calles, delante del bar.
Frente de la puerta, que tenía un hermosísimo balcón con dos juegos de cahones superpuestos. En Aldeadávila de la Ribera, nos hemos dedicado a cortar estas hermosas ménsulas, símbolo de nuestra bella arquitectura tradicional.
Frente del local, desde la esquina opuesta donde comienza "La Cueva de Aldeadávila": ese mundo silencioso y oscuro que conduce al interior del castillo, debajo de la plaza.
jóvenes de Aldeadávila desayunando, años 60. Esta imagen no sabemos si es dentro del bar de José el Morugo, pero así era la vida entonces: sencilla y alegre.
Esta pequeña placita,a la que se llega siguiendo el desnivel o cuesta abajo desde la plaza mayor, es un lugar de gran simbolismo en la historia de la villa.
En la época reciente de construcción del Salto de Aldeadávila, cuando corría el dinero en las jóvenes manos de obreros y peones, uno de los locales de moda entonces -años 54 al 64- era el bar de José el Morugo, donde se reunían las peñas de jóvenes, y donde corría el vino, la buena charla y la diversión. Me cuentan mis amigas mayores- con más de 80 años- que también era frecuente celebrarse bailes en la placita de las cuatro calles, delante del bar.
Costado sur del local del Bar de José el Morugo
Frente de la puerta, que tenía un hermosísimo balcón con dos juegos de cahones superpuestos. En Aldeadávila de la Ribera, nos hemos dedicado a cortar estas hermosas ménsulas, símbolo de nuestra bella arquitectura tradicional.
Frente del local, desde la esquina opuesta donde comienza "La Cueva de Aldeadávila": ese mundo silencioso y oscuro que conduce al interior del castillo, debajo de la plaza.
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