Los parques naturales de Las Arribes del Duero y Douro Internacional acogidos a la protección europea Red Natura 2000, ZEPA, LIC, así como a una extensa normativa medioambiental lusa y autonómica de Castilla y León, constituye uno de los espacios geográficos más extensos y singulares de Europa.
Abarca fundamentalmente parte de la antigua comarca de Sayago y de las Tierras de Fermoselle en Zamora, los concellos de Miranda do Douro, Mogadouro y Freixo de Espada à Cinta en Tras-os-Montes, así como parte del Concello de Figueira de Castelo Rodrigo en Guarda.
La parte salmantina, que es en estos momentos, la menos desarrollada en este proyecto comprende las antiguas comarcas de la Rivera del Duero, El Abadengo y algunas partes de la comarca de Vitigudino (anteriormente llamada La Ramajería o La Aldea).
Los núcleos más poblados son por este orden: Mogadouro, Miranda do Douro, Freixo, Figueira de Castelo Rodrigo, Lumbrales, Fermoselle, Aldeadávila de la Ribera y Villarino de los Aires. El resto de los ayuntamientos, todos ellos españoles no superan los 1000 habitantes.
La estructura administrativa de ambos Parques naturales-aunque son una única estructura natural que gira en torno a un eje de 120 kilómetros fluviales del río Duero-Douro- se ha estado fijando a finales de los años 90 y durante la década pasada.
Portugal, que contó con la iniciativa, estructuró su sede en MOGADOURO, y estableció en cada Concello una sede del Parque del Douro Internacional, tratando de potenciar todas sus comarcas.
España, y en concreto la Junta de Castilla y León, escogió la opción de realizar una estructura centralizada, creando en Fermoselle tanto la sede del parque Natural como también la principal casa del Parque. Esta decisión ha generado que el Parque de las Arribes del Duero españolas no se hayan vertebrado adecuadamente, agravado además por el hecho de que las carreteras en el lado español, al contrario de lo que ocurre en su lado portugués, no permiten visitar el Parque de Norte a Sur adecuadamente. Además de ello, el grueso de las inversiones castellano y leonesas, así como su publicidad hablan casi únicamente de Sayago y Fermoselle, dejando el lado salmantino en una situación de "segunda clase" desde el lado "oficial".
Tal situación "de torpeza" por parte española trató de corregirse creando "la Casa del parque" en Sobradillo en el Torreón del s.XV, en una localidad situada a 5 kms. de Lumbrales y fuera de la zona principal de Las Arribes del Duero, en pleno Abadengo lumbralense.
Ante esta situación, asistimos asombradas a que nuevamente la realidad del Parque, y de las preferencias de Turistas y Visitantes no sigue, ni de lejos, a una supuesta realidad oficial que "pretende imponerse".
Esta "realidad oficial inventada" llega a ocurrencias grotescas como reivindicar a 30 y 40 kms de distancia la pertenencia al Parque natural (Villaseco del Pan, Pereruela), a pintarse mapas donde todo el cuarto nor-occidental salmantino se pinta como comarca de Las Arribes, e incluso la autotitulación de capitales de Las Arribes: casos de Fermoselle y Miranda. Una piensa que al final volveremos a las viejas rencillas fronterizas por culpa de falsedades como éstas...
El único programa importante en suelo salmantino, el llamdo "Plan de Dinamización Arribes Sur" acaba de fracasar, quizás por no recoger todas las Arribes, y por realizar promesas que no podían cumplirse. Los Planes deben de unir todo el territorio, no parcelarlo.
También se podría comentar de cómo "se prohibió" al vino D.O. Arribes denominarse, lo que son "D.O. Arribes del DUERO". Si no son del Duero, ¿cómo se llama el río que la recorre de norte a sur?.
Las dos caras de la frontera, un único PARQUE EUROPEO, no necesitan de gestiones oficiales tan deficientes como estas que expongo, sino una Planificación acertada de infraestructuras, de recursos turísticos, agroganaderos, de productos de calidad y de vertebración real del territorio. Dentro de estas categorías incluyo la creación de una carretera comarcal que recorra el parque de Norte a Sur por el lado español, la recuperación de la vía férrea de La Fregeneda, y un paso fronterizo con Mogadouro, bien a través de Masueco o de la Presa de Aldeadávila, así como la recuperación del patrimonio tradicional de Las Arribes en todos los pueblos, en lugar de focalizar las inversiones patrimoniales en una o dos poblaciones sólo.
La realidad oficial mira para un lado, y la realidad del parque para otro. Así vamos...
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