Uluru (Ayers rock) en Australia. Fuente: Wikipedia.
La más modesta LA PEÑA de nuestras ARRIBES, se levanta 40 metros sobre una campiña verde que ya desciende suavemente a las Arribes del río Las Uces. No levanta tanta expectación como su hermana australiana, ni es visitada tanto -entre otros motivos por el desinterés regional-, pero es seguro que nuestros antiguos pobladores también sintieran idéntica fascinación por ella.
Para quien proceda de Zamora, o Salamanca vía Ledesma, la entrada natural a LAS ARRIBES salmantinas será por Trabanca y Villarino de los Aires. Por cierto, el "apellido AIRES" no tiene nada que ver con días ventosos o rachas de viento, sino que es de un origen histórico. Quizás hasta que no llegue al mismo pueblo de Villarino y a Santa Catalina, no le sorprenda gratamente el paisaje, por estar en esta zona adehesado y degradado, con muy poca vegtación típica arribeña. Cosa muy distinta es el trayecto a partir de Villarino, y sobre todo desde Pereña de la Ribera: es aquí donde el paisaje ya se hace con un poder, unos colores y unas vistas francamente maravillosos.
Otra entrada natural a Las Arribes, y que permite disfrutar de mayor verdor y vistas más amplias es por el pueblo de La Peña. Esta sorprendente entrada a la Comarca de Las Arribes ya fue seguida por muchos aventureros y visitantes en siglos pasados, entre ellos los periodistas de la revista "La Ilustración Española y americana" en el año 1906, o Gil González Dávila antes de 1604: y todos ellos sorprendidos por esa inmensa mole de granito que se eleva más de 40 metros sobre esta penillanura salmantina, ya descendiendo a ese verdor mediterráneo de Masueco, Pereña o Aldeadávila.
Seguro que les agrada la descripción de 1604:
El lugar de la Peña, frontera de Las Arribes, en el siglo XVI
En la página –p.262- de su "Historia de la ciudad de Salamanca, sus grandezas..." del año 1604, nos da una descripción estupenda de cómo era la aldea de “La Peña” en los albores del siglo XVII, y lo califica como uno de los tres puntos de interés de la comarca de LEDESMA:
“No es menos marauilloso que lo pasado, lo que se ve en el lugar de la peña, en tierra llana vna gran peña de quien el mismo lugar toma nombre, sin que estè otra con ella ni la aya por bue trecho, cuya altura es grade, y haze desde lexos vna marauillosa vista, subese à ella dificultosamente, y en medio tiene vn llano, y en el vna fuente y dos enzinas que à su tiempo responde con su fruto, la fuete mana poco, y no es hoda[1], ni hecha con artificio. Todos los que caminado por este paraje ven en este prodigio marauillanse, y con razo, de ver que aya puesto Dios, y la naturaleza en vn lugar ta alto dos enzinas, que echado sus raízes por las venas y entrañas de vna peña lleuan fruto y tienen vida”.
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[1] “la fuente…mana poco y no es honda…”
LA PEÑA de las Arribes salmantinas
Arriero arribeño en 1906, orando ante una Cruz de La Peña, en el camino entre Vitigudino y Aldeadávila de la Ribera.
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