El intenso y original poeta José Miguel Ullán, como buen ribereño, siempre soñaba con su pueblo, con los intensos paisajes de las Arribes, allí donde se juntan el Tormes y el Duero, ese mágico rincón fronterizo: entre Zamora y Salamanca, entre España y Trás-os-Montes.
"Lo que el Tormes de día soñaba
por la noche del Duero fluía".
ULLÁN nunca se olvidó de sus orígenes, vivió sus momentos más intensos de infancia y adolescencia, junto al Tormes, escuchando esa habla ribereña tan original, anclada a la tierra, y a esas historias tan vivas en la mentalidad ribereña, las historias de los mayores, los cuentistas de frontera.
A la salida del pueblo, hay un lugar que se llama Ambasaguas, cuyo nombre mismo parece una definición de su poesía.
"Desde allí no se ve el pueblo, hay que recordarlo. Allí los límites son de dos aguas, que al juntarse, renuncian a su identidad, se despiden de sí mismas."
Así, tan vívida y poéticamente hablaba Ullán de sus vivencias de adolescente en Villarino de los Aires.
Olvidado precisamente en su tierra salmantina, el pensamiento y la obra de José Miguel Ullán continúa muy vigente y de actualidad.
En una serie de entradas vamos a ir viendo varios artículos suyos, originales, que publicó entre los años 70 y hasta 1995, en los semanarios de "Cultural" en los diarios de mayor tirada como "El País" o "Diario 16".
Utilizaba con frecuencia expresiones coloquiales, conversaciones y expresiones sencillas, del pueblo, para trascender más allá, e ir a la otra orilla: siempre ambas aguas.
"Lo que el Tormes de día soñaba
por la noche del Duero fluía".
ULLÁN nunca se olvidó de sus orígenes, vivió sus momentos más intensos de infancia y adolescencia, junto al Tormes, escuchando esa habla ribereña tan original, anclada a la tierra, y a esas historias tan vivas en la mentalidad ribereña, las historias de los mayores, los cuentistas de frontera.
A la salida del pueblo, hay un lugar que se llama Ambasaguas, cuyo nombre mismo parece una definición de su poesía.
"Desde allí no se ve el pueblo, hay que recordarlo. Allí los límites son de dos aguas, que al juntarse, renuncian a su identidad, se despiden de sí mismas."
Así, tan vívida y poéticamente hablaba Ullán de sus vivencias de adolescente en Villarino de los Aires.
Olvidado precisamente en su tierra salmantina, el pensamiento y la obra de José Miguel Ullán continúa muy vigente y de actualidad.
En una serie de entradas vamos a ir viendo varios artículos suyos, originales, que publicó entre los años 70 y hasta 1995, en los semanarios de "Cultural" en los diarios de mayor tirada como "El País" o "Diario 16".
Utilizaba con frecuencia expresiones coloquiales, conversaciones y expresiones sencillas, del pueblo, para trascender más allá, e ir a la otra orilla: siempre ambas aguas.
El próximo 12 de mayo Villarino rinde homenaje a José Miguel Ullán, uno de sus hijos más ilustres, para rescatarlo del olvido y poner en valor la gran importancia que tuvo su obra en la cultura española de la segunda mitad del siglo XX.
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