El fracaso del capitalismo y sus parches.
Los sectores y las actividades que generan empleo entre la población va cambiando continuamente. Poblaciones, ciudades que eran muy prósperas hace 50...70 años, en la actualidad son pobres, sin empleo, sin renovación.
Detroit sede de los principales centros manufactureros de la industria automovilística de EEUU (USA) es un ejemplo paradigmático de la falta de empleo, y de los vaivanes de la economía, que han acabado por arruinar y transformar una de las ciudades más ricas de los USA. En 1900 tenía 286.000 habitantes, pasando en 1950, momento culmen del empleo automovilístico a 1.850.000 personas, desde entonces, la automatización del proceso productivo no ha parado, y se ha destruido mucho empleo tradicional. La población actual es de 710.000 habitantes, y no para de descender. No ha habido un recambio...y en el paisaje urbano se nota...
Fábricas inmensas abandonadas, derrumbes, edificios ruinosos sin techumbre, calles ruinosas. Es la imagen que el postmoderno capitalismo estadounidense no le gusta mostrar al resto del mundo.
La propia guerra de Secesión norteamericana tuvo su origen último en el empleo, en la economía. Los hasta entonces ricos estados sureños veían en la abolición de la esclavitud, la pérdida de su riqueza basada en una mano de obra baratísima con la que se roturaban los campos para producir algodón.
El algodón también fue la principal fuente de riqueza de los primeros tiempos de Brasil, transformándose después en el cultivo de café, del caucho...
En un afán por producir más, y ahorrarse mano de obra, la mecanización nació no sólo en los últimos decenios de la Revolución Industrial del Reino Unido, sino principalmente en los EEUU de América, donde los grandes inventores, los mecanizadores no pararon de inventar máquinas y útiles para mejorar el rendimiento de sus campos durante todo el siglo XIX, y en un imparable impulso tecnológico se fueron sustituyendo los braceros por rudimentarios tractores, que cada vez daban más rendimiento.
Esta misma mecanización, automatización se fue dando en la industria, que era la heredera del empleo del sector agrícola. Yo mismo he visto ya la robotización y automatización de plantas químicas norteamericanas en los primeros año 80, cómo una planta química se gobernaba con tres empleados, completamente automatizada.
Este es el gran fracaso del capitalismo en el que vivimos: la falta de empleo. La razón intrínseca del capitalismo es el capital, la tenencia de dinero, a base de la creación de empresas dirigidas por el gran capital. Su proceso productivo busca ahorrar costes, en base automatizar la producción y no necesitar empleo alguno.
Las mismas entidades bancarias están en un proceso de cierre de sucursales, unas colas enormes esperando a la ventanilla o al gestor, sobresaturado de trabajo. No existen proyectos empresariales a los que prestar capital, así que estos bancos se dedican a cobrar comisiones por depositarles tu dinero, incluso si haces las gestiones on-line también te cobran comisiones, y además, te estás cargando el empleo.
El capitalismo, consciente de que sin dinero en las masas obreras, nadie les va a consumir sus productos, trata a través de sus defensores, que son los políticos de poner "parches", que son cortinas para esconder la tremenda realidad: la creciente pobreza del pueblo. Estos caramelitos que nos dan son "el bono social", la "renta mínima garantizada", las "pensiones no contributivas", las "ayudas sociales". Pero en el fondo, el pueblo cada vez está más empobrecido.
El empleo agrícola despareció de nuestros pueblos ya en la década de 1950, las grandes infraestructuras como las presas, las traídas de aguas, las carreteras también han desaparecido en los últimos años.
España está dejando de ser un país industrial, para convertirse en un país de míseros minijobs en los servicios, en el sector turístico.
La única solución que se me ocurre es mejorar la Educación de nuestros jóvenes, prepararles para la ciencia futura, pero sobre todo para aquellos puntos en los que los robots no pueden competir con nosotros: la creatividad, la obra de arte.
Es necesario abandonar la castrante educación actual, que no potencia la imaginación y el desarrollo personal de nuestros niños, potenciar la labor educativa de nuestros profesores, y acercar los servicios a nuestros pueblos: justo lo contrario de lo que están haciendo nuestros políticos.
Los políticos, gente mediocre donde los haya en cuanto a formación y miras, tratan de gestionar los servicios públicos como si de empresas capitalistas se tratara, buscando una inaudita rentabilidad. Los impuestos se pagan, y quién exige el destino de ese dinero?... si vas con tus padres a la atención médica, y hay unas colas inmensas, y retrasan su operación, o el tratamiento.
Que los políticos se pongan manos a la obra, que la fiesta también va con ellos, y se dediquen menos a hacerse la foto, que ya no engañan a nadie, y se dediquen a atender las necesidades de la gente, que son muchas. Que dejen de recortar servicios, y al contrario, que los acerquen a los pueblos.
Aldeadávila de la Ribera, Arribes del Duero. Salamanca.
Los sectores y las actividades que generan empleo entre la población va cambiando continuamente. Poblaciones, ciudades que eran muy prósperas hace 50...70 años, en la actualidad son pobres, sin empleo, sin renovación.
Detroit sede de los principales centros manufactureros de la industria automovilística de EEUU (USA) es un ejemplo paradigmático de la falta de empleo, y de los vaivanes de la economía, que han acabado por arruinar y transformar una de las ciudades más ricas de los USA. En 1900 tenía 286.000 habitantes, pasando en 1950, momento culmen del empleo automovilístico a 1.850.000 personas, desde entonces, la automatización del proceso productivo no ha parado, y se ha destruido mucho empleo tradicional. La población actual es de 710.000 habitantes, y no para de descender. No ha habido un recambio...y en el paisaje urbano se nota...
Fábricas inmensas abandonadas, derrumbes, edificios ruinosos sin techumbre, calles ruinosas. Es la imagen que el postmoderno capitalismo estadounidense no le gusta mostrar al resto del mundo.
La propia guerra de Secesión norteamericana tuvo su origen último en el empleo, en la economía. Los hasta entonces ricos estados sureños veían en la abolición de la esclavitud, la pérdida de su riqueza basada en una mano de obra baratísima con la que se roturaban los campos para producir algodón.
El algodón también fue la principal fuente de riqueza de los primeros tiempos de Brasil, transformándose después en el cultivo de café, del caucho...
En un afán por producir más, y ahorrarse mano de obra, la mecanización nació no sólo en los últimos decenios de la Revolución Industrial del Reino Unido, sino principalmente en los EEUU de América, donde los grandes inventores, los mecanizadores no pararon de inventar máquinas y útiles para mejorar el rendimiento de sus campos durante todo el siglo XIX, y en un imparable impulso tecnológico se fueron sustituyendo los braceros por rudimentarios tractores, que cada vez daban más rendimiento.
Esta misma mecanización, automatización se fue dando en la industria, que era la heredera del empleo del sector agrícola. Yo mismo he visto ya la robotización y automatización de plantas químicas norteamericanas en los primeros año 80, cómo una planta química se gobernaba con tres empleados, completamente automatizada.
Este es el gran fracaso del capitalismo en el que vivimos: la falta de empleo. La razón intrínseca del capitalismo es el capital, la tenencia de dinero, a base de la creación de empresas dirigidas por el gran capital. Su proceso productivo busca ahorrar costes, en base automatizar la producción y no necesitar empleo alguno.
Las mismas entidades bancarias están en un proceso de cierre de sucursales, unas colas enormes esperando a la ventanilla o al gestor, sobresaturado de trabajo. No existen proyectos empresariales a los que prestar capital, así que estos bancos se dedican a cobrar comisiones por depositarles tu dinero, incluso si haces las gestiones on-line también te cobran comisiones, y además, te estás cargando el empleo.
El capitalismo, consciente de que sin dinero en las masas obreras, nadie les va a consumir sus productos, trata a través de sus defensores, que son los políticos de poner "parches", que son cortinas para esconder la tremenda realidad: la creciente pobreza del pueblo. Estos caramelitos que nos dan son "el bono social", la "renta mínima garantizada", las "pensiones no contributivas", las "ayudas sociales". Pero en el fondo, el pueblo cada vez está más empobrecido.
El empleo agrícola despareció de nuestros pueblos ya en la década de 1950, las grandes infraestructuras como las presas, las traídas de aguas, las carreteras también han desaparecido en los últimos años.
España está dejando de ser un país industrial, para convertirse en un país de míseros minijobs en los servicios, en el sector turístico.
La única solución que se me ocurre es mejorar la Educación de nuestros jóvenes, prepararles para la ciencia futura, pero sobre todo para aquellos puntos en los que los robots no pueden competir con nosotros: la creatividad, la obra de arte.
Es necesario abandonar la castrante educación actual, que no potencia la imaginación y el desarrollo personal de nuestros niños, potenciar la labor educativa de nuestros profesores, y acercar los servicios a nuestros pueblos: justo lo contrario de lo que están haciendo nuestros políticos.
Los políticos, gente mediocre donde los haya en cuanto a formación y miras, tratan de gestionar los servicios públicos como si de empresas capitalistas se tratara, buscando una inaudita rentabilidad. Los impuestos se pagan, y quién exige el destino de ese dinero?... si vas con tus padres a la atención médica, y hay unas colas inmensas, y retrasan su operación, o el tratamiento.
Que los políticos se pongan manos a la obra, que la fiesta también va con ellos, y se dediquen menos a hacerse la foto, que ya no engañan a nadie, y se dediquen a atender las necesidades de la gente, que son muchas. Que dejen de recortar servicios, y al contrario, que los acerquen a los pueblos.
Aldeadávila de la Ribera, Arribes del Duero. Salamanca.
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