La Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO, parte 120.
El reinado de Enrique III [1](1390-1406)
se abrió con una minoría de edad presidida por desavenencias entre los nobles,
en relación con el Consejo de Regencia,
y la necesidad urgente de un Tratado de paz con Portugal. Las Cortes de Burgos de 1392 deciden que el Consejo de Regencia esté integrado por
las personas que Juan I había
señalado en su testamento, y es aquí cuando repercuten en las tierras de Salamanca las divisiones que tienen
lugar en las altas esferas políticas del reino.
El rey había enviado como frontero a Salamanca al maestre de Calatrava, don Gonzalo Núñez de Guzmán con 400
lanceros, pues había terminado la paz con los con los portugueses, pero debe acudir al alcázar de
Zamora a pacificarlo. Las condiciones para pacificarlo era que Ledesma pasara a
formar parte de los dominios de Nuño Núñez.
Pero cuando todo parecía
solucionado, fueron los habitantes de Ledesma quienes no quisieron aceptar las
condiciones.
Ellos eran vecinos de una
frontera peligrosa, y con una tregua de paz que había expirado recientemente,
no se fiaban del hombre que les habían enviado como “alcayde”, y escribieron al rey para que revocaran tal decisión,
pues tenían miedo de que iniciada la guerra, Nuño Núñez los entregara
a Portugal. Incluso amenazaron al rey con la promesa de que, si llegaba Nuño
Núñez a Ledesma, ellos marcharían a otra parte, abandonando Ledesma: “pues no se querían tener en aventura sus
cabezas”.
El rey solucionó el
conflicto logrando que Nuño Núñez renunciara a Ledesma en 1393.
Foto antigua de Puerta en el Castillo de ZAMORA. Asociación cultural benito Pellitero. Fuente: Otto Wunderlich. F.P.H.
[1] GONZÁLEZ GARCÍA, Manuel: “SALAMANCA en
la Baja Edad
Media”. Ediciones Universidad de Salamanca, 1982. ISBN: 84-748-12054. pp 22 a 30.
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