Cine en las Arribes del Duero

Cine en las Arribes del Duero
Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO
Mostrando entradas con la etiqueta Ledesma. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ledesma. Mostrar todas las entradas

jueves, 26 de mayo de 2016

Alvaro de Luna: Condestable de Castilla

Nuestra HISTORIA DIFERENTE de LAS ARRIBES DEL DUERO. Parte 124
Su proyecto político consistía en fortalecer y centralizar el poder real, lo que le llevaría a granjearse la enemistad de la nobleza, dirigidos por el príncipe Enrique IV, y su valido Juan Pacheco, quienes lograron vencer y ajusticiar a Alvaro de Luna en la plaza mayor de Valladolid en 1453.
Así mismo la Historia de Salamanca tradicional nos cuenta que hacia 1423:
“fue detenido y preso en Salamanca D. Alvaro de Luna, por orden del rey, y que por ello algunos pueblos de Salamanca se alzan contra Juan II.”

En 1429, como hemos visto, el infante don Pedro de Aragón es detenido de nuevo, y para logar su liberación, su hermano don Enrique de Aragón se ve obligado a ceder todos sus territorios en Castilla[1], hecho que queda plasmado en las “treguas de Majano”, y además a exiliarse a ambos a Aragón. Alguno de sus partidarios, como Ruy López Dávalos, Condestable de Castilla son duramente represaliados. Sin embargo, el partido de los infantes logra rehacerse y vuelve a la corte de Juan II en 1439. La influencia de los infantes se mantuvo hasta 1444.
Su padre, el rey Enrique II se preocupa por el cumplimiento eclesiástico de las misas de su hijo:
Enrique II ordenaba a su tesorero general dé al cabildo de la iglesia de Segovia 6,000 maravedís por las misas y aniversarios que dicen por el infante don Pedro, su hijo, sin presentar cada año nueva carta de pago, librándolos en las rentas reales”.

El triunfo del rey Juan II se conseguiría por el cambio de bando de algunos de los linajes decisivos de Castilla: los Mendoza, los Pacheco, los Velasco, el príncipe heredero Enrique, los Estúñiga y los Manrique. La victoria decisiva se consigue en la batalla de Olmedo, con la muerte del infante Enrique y el exilio del rey de Navarra.
Sus estados los iba a heredar el Maestre de Santiago don Álvaro de Luna en 1430: su proyecto político consistía en fortalecer y centralizar el poder real, lo que le llevará a granjearse la enemistad de la nobleza, dirigida por el príncipe Enrique IV, y su valido Juan Pacheco, quienes lograron vencer y ajusticiar a Alvaro de Luna en la plaza mayor de Valladolid en 1453.

Cañón del Duero en Aldeadávila de la Ribera, antes de la construcción del salto, hacia 1955. Parece un arroyo mirado desde la altura, pero no...tronaba y bramaba a varios kms de distancia
De esta manera, Juan Pacheco se convierte en Condestable de Castilla y Maestre de Santiago, e iba a tener un papel muy importante en la política salmantina y ledesmina de comienzos del s.XV, y sabemos que poco después de heredar el territorio de Ledesma, había renunciado en su hijo
D. Juan el maestrazgo de Santiago, y obtuvo para su hijo natural D. Pedro el condado de Ledesma, y para otro hijo natural D. Martín otras mercedes…”

La influencia política de Juan II es muy débil, y las fuerzas nobiliarias, saben controlar las posiciones de la población y de los concejos.

Cachones en aquel lugar del Duero...primeros 50...




[1]         GUERRERO NAVARRETE, Yolanda: “La crisis del siglo XV”, ISBN-84-9822-513-2, Pag.5 y ss.

lunes, 9 de mayo de 2016

El infante Pedro de Aragón

El infante Pedro de Aragón amaba las tierras de las Arribes y Ledesma, en SALAMANCA.

Nuestra Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO, parte 124.

Quien iba a tener una participación más activa en tierras de Salamanca, y en general al Oeste del Reino de León, iba a ser el infante Don Pedro. 
Participó en las guerras y luchas de su hermano Enrique contra el rey Juan II, fundamentalmente durante los años 1426 a 1431 en la zona occidental del reino de Castilla. 
Su captura en 1429, llevó, por fin, a la pacificación de las comarcas de Salamanca y Extremadura, exigiéndosele para poder ser liberado la entrega de todas las fortalezas y posesiones que allí tenía su familia.
“El portugués Martin Alfonso, cuando marchó á ver á su padre el rey Don Alfonso de Portugal (Alfonso V); volvió de este reino[1] acompañado por su hermano el infante Don Pedro..., mil ginetes, á sus primos los infantes de Aragon don Fernando y don Juan. El de Trastámara (Juan II) y don Juan Alfonso de Alburquerque se reunieron en Robleda, cerca de Fuenteaguinaldo. Vinieron desde allí y vadearon el río”

Hubo una revuelta general en toda la provincia salmantina, llegando al momento culminante en 1423, con la formación de dos bandos:
o           Bando del infante D. Enrique: formado por los hermanos infantes, y apoyado por el Corregidor de Salamanca, D. Enrique Enríquez quien también tenía las tropas de la ciudad-concejo y el título de “almirante de Castilla”.
o           Bando real: Juan II aconsejado por el Condestable D. Álvaro de Luna, y que tendrían que verse forzados a un acuerdo con los infantes, tras perder todas las fortalezas salmantinas, según nos cuenta una vez más el Semanario pintoresco español:
“En el año 1423 Juan II prendió, por instigaciones de D. Alvaro de Luna al infante D.Enrique; irritados algunos pueblos se alzaron contra su monarca, y pidieron la deposición de D.Álvaro. D. Alonso Enríquez, almirante de Castilla y partidario del infante, era entonces corregidor de Salamanca; se apoderó de las fortalezas y alzó el estandarte de la rebelión. El rey vino á Salamanca con el objeto de pacificarla, pero se vio forzado por los rebeldes a retirarse á Cantalapiedra, en donde viéndose solo, consintió en la separación del privado. En 1431 se celebraron cortes en Salamanca para examinar si era útil la guerra con los moros de Granada; asistieron a ellas muchos esclarecidos varones y eminentes prelados. Se declaró la guerra, y la ciudad contribuyó con lanzas y con una crecida suma de maravedises.”

Es en esta época, entre 1415 y 1430 en que las fortalezas y alcázares de Aldeadávila y Pereña de la Ribera son reconstruidos, ampliados y dotados de una capacidad militar que no tenían anteriormente: saeteros, lombardas, guarnición, etc. 
Tras la entrega del señorío de Ledesma en las Treguas de Majano, pierden de nuevo su condición militar, y no es seguro que el Condestable don Alvaro de Luna las dotara de una guarnición importante.
“Juan II confió a religiosos dominicos la custodia del santuario(¿), y en 1.445 después de dar gracias a nuestra Señora por la victoria de Olmedo, le cedió la jurisdicción del terreno confiscado al rebelde infante de Aragón D. Enrique”.
Cuando el infante Enrique fue expulsado de su señorío salmantino, la Villa de Ledesma fue entregada al “justicia mayor” Pedro de Estúñiga, como condado; por ello los infantes Enrique y Pedro continuaron las hostilidades, lo que llevó a Juan II y a Alvaro de Luna a intervenir en Ledesma y aplicar a la villa un castigo ejemplar, sin duda por el apoyo prestado a los infantes.
En 1430 vuelve a la escena D. Enrique reclamando sus posesiones leonesas y castellanas, y hacia 1440 recupera el control del territorio de Ledesma.

Entrada a la Bodega de los Martín Herrera, del s.XVIII en la confluencia de la calle Abajo con la plaza que lleva su nombre.


La simbólica calle Maderos, fuera de los muros medievales de Aldeadávila de la Ribera, tal como era antes de su limpieza.


[1]         Doña Leonor de Guzmán o Alburquerque. Manuel Villar y Macías: “Historia de Salamanca”, p.12.

lunes, 7 de marzo de 2016

Oficiales y caballeros en la Corte del Reino de Aragón

Este título de nuestra Historia de las Arribes del Duero me recuerda la película "Oficial y caballero" de un jovencísimo Richard Gere...¡qué cosas!

Nuestra Historia diferente de las Arribes del Duero, parte 122.

Murallas de la capital del Concejo: LEDESMA
El paso por la Regencia de Fernando de Antequera, entre los años 1407 a 1416, tuvo muchísima importancia en nuestra comarca, puesto que Fernando abre el comercio hacia Portugal, se incrementa la seguridad en la frontera mediante nuevos destacamentos de hombres, y vuelven a elegirse Corregidores en los nacientes Municipios. También, la toma de Antequera, fortalece la posición del Reino de Castilla.
Fernando toma caballeros, lanceros y oficiales de palacio de las zonas de su reino, también de las Arribes.
En concreto, vemos dos caballeros de la comarca, uno claramente de Aldeadávila y otro de la comarca de Ledesma, sin poder asignar su población, ambos en el año 1420 en la expedición de Alfonso I el Magnánimo de Aragón a Córcega y Nápoles.[1]
En efecto, se trata de los Oficiales de Palacio Juan de Aldea Dávila, Alfonso de Ledesma, Juan de Ledesma, y quizás Diego de Peralanga (Peralonso??) Estos oficiales tenían que ser de la máxima confianza del rey, como también los fueron de su madre Doña Leonor de Alburquerque, y de su marido el rey Fernando de Antequera hasta su muerte en 1416. Lo que nos induce a pensar que entrarían a formar parte de palacio del rey en el período entre 1407 y 1416.
Mujeres de Aldeadávila de la Ribera de visita a los restos originales del Cenobio de los franciscanos menores en Laverde, antes de 1956. Poblado actual del Salto de Aldeadávila.

*Nota sobre la expedición de 1420 a Córcega y Nápoles
Fernando de Antequera tenía diversos hijos, el mayor Alfonso, quien pasó a gobernar la Corte del reino de Aragón, y Nápoles a la muerte de su padre en 1416, y sus hermanos Pedro y Enrique, quienes lucharon durante tanto tiempo contra su primo Juan II de castilla, por defender sus propiedades.
La nombrada Expedición a Córcega y al Reino de Nápoles, en la que participan nuestros primeros caballeros de las Arribes, se realiza en mayo de 1420. Embarcan municiones y víveres en el puerto de Barcelona el 20 de setiembre de 1419. Una vez lista la expedición, sale del puerto de Los Alfaques- Tarragona- parte con el rey una escuadra con 24 galeras, que se logra hacer con la ciudad de Calvi en Córcega, para después empezar el asedio de la Ciudad de Bonifaccio, también en la isla. Pero es a causa del asedio de Nápoles por parte de las tropas de Luis III de Anjou, cuando toman rumbo a Nápoles para defenderla del asedio. La campaña es todo un éxito y consolida la posición de Aragón en el Mediterráneo.
Es de prever, que dada la escala social que alcanzaron nuestros dos caballeros, terminaran su vida en Aragón.
Pueblos del Concejo de Ledesma, 1420

[1] “Ricos-Hombres y Caballeros que acompañaron al Rey Don Alonso à la sobredicha expedición, y número de hombres de armas con que cada uno sirvió…”, p. 24 y ss. “Antiguos tratados de paces y alianzas entre algunos reyes de Aragón…siglos XIII hasta el XV” por Antonio de Campmany t Montpalau. Imprenta Real, 1786. Madrid.

martes, 12 de enero de 2016

La Regencia de Fernando de Antequera 1407-1416

La Historia diferente de las Arribes del Duero parte 121.

Desde Aldeadávila de la Ribera, Corazón de las Arribes del Duero. SALAMANCA

A la muerte del rey Enrique III, se nombran los regentes del reino: el infante D. Fernando y la reina viuda Dª Catalina de Láncaster, y toman posesión de sus cargos el 15 de enero de 1407. Rápidamente, se convocan las Cortes de Segovia: el 27 del mismo mes[1].
Fernando iba a tener un papel primordial en la región leonesa del reino: en él primaban el ideal caballeresco, las guerras contra Granada y el afán centralizador, era el hijo 2º del monarca Juan I, hermano por tanto del rey difunto. Poco antes de asumir la regencia se había casado con Dª Leonor de Alburquerque, uniendo así las dos mayores fortunas y posesiones de señoríos del reino: Fernando aportaba la parte vallisoletana y burgalesa con los territorios de: ducado de Peñafiel y Señorío de Lara, Medina del Campo, Olmedo, Cuéllar, San Esteban de Gormaz, Castrojeriz, Villalón y Urueña, mientras que su esposa entregaba los señoríos de Haro, Ledesma y Alburquerque. Así mismo Fernando detentaría las Órdenes de Santiago y de Alcántara.
Preocupó a D.Fernando la idea de que, a su muerte sus hijos le sucedieran y ocuparan cerca del monarca el mismo lugar que él ocupaba como protector de la nobleza. En realidad, ellos convirtieron el Consejo Real de Castilla en el organismo supremo de Gobierno, más allá incluso, de la voluntad del monarca.
La corregente Dª Catalina mantuvo una actitud cambiante y de desconfianza hacia el buen trabajo de su cuñado D.Fernando, provocando que no fructificaran algunas de las medidas centralizadoras de Fernando. La falta de entendimiento entre los dos regentes obligó a la división entre ambos del territorio castellano-leonés, en dos grandes provincias:
Correspondió al infante la mitad de Castilla, contada desde los puertos de Guadarrama, incluyendo además sus propios señoríos: Peñafiel, Alburquerque y Ledesma, Lara, Alba de Tormes, Ayllón, etc. En esta zona estaba la mitad norte de Castilla, y los núcleos principales  de las Órdenes de Alcántara y Santiago, maestrazgos que hizo pasar después a sus hijos: este hecho provocó un nuevo motivo de intrigas para algunos consejeros, aunque ninguno se atrevió a dar un paso más adelante.
En enero de 1408 Dª. Catalina le protesta por algunas decisiones del infante Fernando en su provincia, como la decisión de labrar moneda, y haber dado diversas mercedes a mucha gente bajo pretexto de abonar más sueldos.
La concordia entre ambos, no sin necesidad de grandes concesiones por parte de Fernando se ultimó en el Alcázar de Guadalajara, el 23 de junio de 1408. Poco después, Dª. Catalina  va perdiendo poco a poco a sus consejeros, lo que hace que se le restrinja su influencia en la regencia.
El período de 1408 a 1412 es el decisivo para Fernando, gracias a la conquista que realiza de la plaza de Antequera, su elección como Rey de Aragón y por el gobierno cada vez más personal que realiza hábilmente en Castilla. También dicta disposiciones y -esto es lo más importante para nosotros-, en las que reforma la administración de las ciudades, sanea la vida ciudadana y trata de corregir abusos que se estaban dando en las principales poblaciones y villas del reino, llegando incluso a obligar al destierro a personajes hostiles. Con estos éxitos notables, en adelante no habrá en el período de regencia más autoridad que la de Fernando.
Cuando marcha finalmente a Aragón, decide, no obstante mantener la regencia, lo que le obliga a un esfuerzo grande, y algunas de las decisiones en adelante se retrasarán notablemente; además de ello, se originan gastos cuantiosos para las embajadas y viajes de nobles a la corte aragonesa para resolver asuntos, lo que provoca una pérdida de moneda en Castilla. Todos los historiadores, no obstante, están de acuerdo en señalar éste como un período de paz y estabilidad para Castilla.
Lo que más afecta a nuestra tierra fronteriza leonesa es que se reanuda el comercio exterior y se decide aumentar la seguridad en la frontera con Portugal y Francia. Se retoma en los municipios el nombramiento de corregidores.

Basamentos de las llamadas Cruces de santiago en Aldeadávila de la Ribera. Tienen una datación aproximada del año 1500, y fueron reutilizadas, una vez se demolió la ermita de Santiago en el Vía Crucis. Merecen ser conservadas como patrimonio histórico artístico de Aldeadávila.
Aparte de las pérdidas de rentas a favor de Aragón, en mayo de 1408 regresa el infante D. Juan , hijo de Fernando de Aragón, escoltado por muchos caballeros de su partido aragonés, y el 2 de junio de dicho año muere la corregente Catalina de Láncaster.
En los primeros años después de su muerte, el arzobispo de Toledo Sancho de Rojas intentaba gobernar atrayéndose hacia su partido a Juan Fernández de Velasco y a Diego López de Stúñiga, y limpió la corte de favoritos de la reina. El rey niño pasó al custodio de su persona. Éste es el grupo que ostenta el poder de 1416 a 1418. Finalmente regresa el infante Juan a Castilla, y se hace casar al rey Juan II con María de Aragón, hija de Fernando. Con la muerte de éste, cambia la situación otra vez para peor, generándose nuevas luchas de bandos nobiliarios, y un confusionismo general, que marcaría el reinado de Juan II.


[1]         Pascual Martínez, Lope: “La cancillería real castellana durante la regencia del infante don Fernando de Antequera”, p.179.

jueves, 7 de enero de 2016

Enrique III de Trastámara y Ledesma 1390-1406

La Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO, parte 120.


El reinado de Enrique III [1](1390-1406) se abrió con una minoría de edad presidida por desavenencias entre los nobles, en relación con el Consejo de Regencia, y la necesidad urgente de un Tratado de paz con Portugal. Las Cortes de Burgos de 1392 deciden que el Consejo de Regencia esté integrado por las personas que Juan I había señalado en su testamento, y es aquí cuando repercuten en las tierras de Salamanca las divisiones que tienen lugar en las altas esferas políticas del reino.
El rey había enviado como frontero a Salamanca al maestre de Calatrava, don Gonzalo Núñez de Guzmán con 400 lanceros, pues había terminado la paz con los con los portugueses, pero debe acudir al alcázar de Zamora a pacificarlo. Las condiciones para pacificarlo era que Ledesma pasara a formar parte de los dominios de Nuño Núñez.
Pero cuando todo parecía solucionado, fueron los habitantes de Ledesma quienes no quisieron aceptar las condiciones.
Ellos eran vecinos de una frontera peligrosa, y con una tregua de paz que había expirado recientemente, no se fiaban del hombre que les habían enviado como “alcayde”, y escribieron al rey para que revocaran tal decisión, pues tenían miedo de que iniciada la guerra, Nuño Núñez los entregara a Portugal. Incluso amenazaron al rey con la promesa de que, si llegaba Nuño Núñez a Ledesma, ellos marcharían a otra parte, abandonando Ledesma: “pues no se querían tener en aventura sus cabezas”.
El rey solucionó el conflicto logrando que Nuño Núñez  renunciara a Ledesma en 1393.
Foto antigua de Puerta en el Castillo de ZAMORA. Asociación cultural benito Pellitero. Fuente: Otto Wunderlich. F.P.H.



[1]         GONZÁLEZ GARCÍA, Manuel: “SALAMANCA en la Baja Edad Media”. Ediciones Universidad de Salamanca, 1982. ISBN: 84-748-12054. pp 22 a 30.

viernes, 6 de noviembre de 2015

El paso a la Edad Moderna en las ARRIBES DE SALAMANCA

Los Condes de Ledesma en el paso entre la Edad Media y la época Moderna.

La Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO- parte 116.

 Don Beltrán de la Cueva (I Conde de Ledesma y Duque de Alburquerque) (1462-1490)
Un dato no muy tratado por los historiadores es el patronazgo de los Condes de Ledesma sobre el convento franciscano de La Verde, como queda suficientemente probado en las bulas papales, en las que el Papa da indulgencias o concede beneficios al Convento a raíz de peticiones de los Condes, o la misma representación de los Condes de Ledesma del siglo XV en los muros de la iglesia del Convento.
Sin duda que esta tradición de patronazgo continuaría siendo ejercida por el principal noble de este señorío Don Beltrán de la Cueva.
Don Francisco I Fernández de la Cueva y Mendoza (1490-1526)


viernes, 30 de octubre de 2015

D. Enrique de Guzmán Conde de Niebla (1432-1462)

La Historia diferente de las Arribes del Duero- parte 115
“En seguida el rey D. Juan II hizo donación de las villas de Garrovillas y de Alconetara, con las barcas, el río y otras cosas, al conde de niebla, D. Enrique de Guzmán, reservando el usufructo de por vida á la misma reina Doña Leonor de Guzmán…
Este D. Enrique de Guzmán, segundo Conde de Niebla, en su segunda mujer Doña María Orozco, tuvo a D. Juan, que le sucedió en el condado en 1436…”

Poco antes de la cesión de Ledesma a Don Beltrán, fue concedida por breve tiempo a D. Pedro de Zúñiga Duque de Plasencia, pero el pueblo de Ledesma, le rechazó harto ya de la dependencia señorial, y el día de su entrada en la villa se dice que fue recibido a pedradas.
A pesar de la existencia del Condado de Ledesma, no tenemos que ver a éste como un todo unitario, sino que parte de su territorio, sobre todo al Oeste y al Sur existían pequeños núcleos señoriales, sobre los que no ejercían jurisdicción: uno de éstos fue Trabanca, en el que está registrado que antes de 1476, la mitad de su territorio estaba en manos del noble D. Gonzalo de Mercado, puesto que en dicha fecha, le compran el territorio los vecinos de Villarino[1]:
“ escritura de compra otorgada en el año 1476, por la cual el pueblo de Villarino adquirió de D. Gonzalo de Mercado la mitad del lugar de Trabanca, y un testimonio literal...”
Cenobio de Santa Marina de Laverde, fundada por los Condes de Ledesma en el s. XIV, en el estado en que lo encontró Iberduero, cuando se hizo la expropiación de las márgenes del salto de Aldeadávila de la Ribera.


[1]         “Colección completa de las sentencias dictadas a consulta del Consejo Real, desde su instalación en 1846 hasta su supresión en 1854”, publicado por Revista de Legislación en Madrid, 1884.

martes, 22 de septiembre de 2015

El infante Enrique de Aragón (1415-1432)

La Historia diferente de las Arribes del Duero- parte 114

“Doña Leonor, en 1419, confirmó esta donación á su dicho hijo el infante de Aragón D. Enrique, Maestre de Santiago, dándole “el condado de Alburquerque y de las villas de Medellín, Azagala, la Cobdosera, Alconeta, con las Garrovillas, Alconchel, Ledesma, Salvatierra, Miranda, Montemayor, Granada y Galisteo”.
El espacio del Territorio de la Villa de Ledesma sufrió modificaciones a lo largo del tiempo, con pequeñas desmembraciones a favor de Órdenes militares y conventos, y de algún noble. Por ello, los regentes del Concejo de Ledesma estaban interesados e fijar de una manera definitiva el ámbito de su jurisdicción, y aprovechan este momento de la Reina Doña Leonor y el infante Fernando de Antequera, que era el señorío al máximo nivel, la propia reina Dñª. Leonor, y se firma por su parte una sentencia en 1403, que detalla, citando por su nombre, un total de 187 pueblos, enclavados en su término y sometidos a su jurisdicción[1].
Calle Poza de Aldeadávila de la Ribera, cuando era toda de piedra, con preciosos cachorros, sillares, y la Torre medieval siempre omnipresente en todas las escenas. Esta calle era de siempre la calzada que la unía con Ledesma y Masueco de la Ribera
La donación del Señorío de Ledesma al infante Enrique de Aragón duró, hasta que su hermano el infante Pedro de Aragón fue hecho preso, y a cambio de su liberación D. Enrique devuelve todos sus señoríos en Castilla al rey Juan II, su gran enemigo, contra el que estaba guerreando:
“Doña Leonor confirma en 1419 esta donación a su hijo D. Enrique, Maestre de Santiago e infante de Aragón con la condición expresa de “que el infante mezclase en sus armas las de la reina, su madre, que fueron las del conde don Sancho, su padre, hermano del rey D. Enrique el Mayor,, de quien la reina había heredado aquel condado y villas.
Reservándose la reina por su vida todos los frutos y rentas de aquel estado y se obligó de procurar que el rey de Castilla consignara sobre las alcabalas de aquellas villas todo lo que se debiese á la reina su madre y á las infantas Doña María y Doña Leonor sus hermanas, y al infante D. Pedro su hermano; pero éste último fue preso en 1432, y su buen hermano D. Enrique concertó su soltura cediendo la villa de Alburquerque con todas las demás fuerzas que tenía en la tierra de Castilla.”
De la época del rey Alfonso XI, que había nacido en Salamanca procede la relación de los Trastámaras con las tierras de Ledesma y de Villarino. Esta era una tierra de buena caza mayor y de montería, así que no es nada extraño la relación de un monarca tan aficionado a la caza. Así se entablaría la relación del caballero González Rodríguez de Ledesma con toda la familia real:
“ el caballero González Rodríguez de Ledesma, Montero Mayor del muy excelente Rey Don Fernando el 6º de Aragón[1], repostero mayor de la muy ilustrísima doña Leonor su mujer e Montero mayor del mui noble Rey don Alonso de Aragón su hijo e ayo de los Infantes sus hermanos. Fino a diecinueve de noviembre año de mil cuatrocientos y veintiún años” y dice dónde reposa su tumba:”y en esta capilla… hay una tumba negra tachonada con cintas negras…” [2]
Este González Rodríguez de Ledesma, con fuerte influencia en la Corte de Fernando de Antequera y de la reina Doña Leonor, y de sus hijos, parece ser hijo del famoso caballero Men Rodríguez de Ledesma, que tantos señoríos obtuvo del rey:
“… como el dicho González Rodríguez de Ledesma habría sido hijo de Men Rodríguez de Sanabria, suya fue la puebla de Sanabria, que hoy posee el conde de Benavente, y otros muchos lugares. El cual dicho Men Rodríguez de Sanabria estaba enterrado en una capilla de la isla de Cerdeña e tenía en medio un bulto con un letrero que lo decía…[3]
Finalmente, González Rodríguez de Ledesma es ajusticiado por orden del rey.


[1]         Se trata de un error de la cita. Es el Rey Fernando I de Aragón, también llamado de Antequera.
[2]        CRESPO NAÓN, Juan Carlos: “Homenaje al 4º Centenario de la segunda fundación de la ciudad de Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires”, publicado en 1980 por el Instituto de Estudios Iberoamericanos.
[3]        “Homenaje al 4º Centenario…”, p. 65.


[1]         Archivo de la Casa Ducal de Alburquerque en Cuéllar, nº240, legajo1, nº5.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Tierra de LEDESMA (SALAMANCA)

Campo de LEDESMA (SALAMANCA) entre 1350 y 1393:

La Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO- parte 113.

Don Juan Alfonso de Alburquerque (1350-1366)
“Estos señoríos los poseyó después D.Juan Alfonso de Alburquerque y Dª Isabel, su mujer, hija de D. Tello de Meneses.”

Infante Conde Don Sancho- hermano de Enrique II (1366)
“Y luego que reinó D.Enrique, en el año 1366, dio a D.Sancho, su hermano, todos los bienes de D.Juan Alfonso, que había muerto sin sucesión “e diole mas al dicho D.Sancho el señorío de Ledesma con las cinco Villas”.

Doña Leonor de Guzmán o de Alburquerque, hija del infante Don Sancho 1393
Era tía del futuro Rey Fernando I de Aragón, y casó con él en 1393.
“Estos estados y títulos los heredó Dª Leonor de Guzmán de D. Sancho su padre, y los llevó en matrimonio[1]a D.Fernando el de Antequera, que después fue Rey de Aragón, y éste en su testamento, hecho en 1415, dio al infante D. Enrique, su hijo, “el condado de Alburquerque y la villa de Ledesma y Salvatierra, Miranda, Montemayor, Granada y Galisteo, que llaman las Cinco Villas[2].
Doña Leonor de Guzmán, señora de Ledesma, es coronada reina de Aragón en 1414, por lo que acuden a la ciudad aragonesa, representantes oficiales de todos sus señoríos, entre ellos, los representantes de la “Roda de Masueco”[3]. La coronación como reina de Aragón se celebró en 1414.
“Doña Leonor era hija del conde D. Sancho, Condes ambos de Ledesma. El Conde Sancho era hermano del rey Enrique III “el Doliente”, quien se había casado con doña Beatriz, hermana del rey de Portugal…Estas bodas se celebraron en la ciudad de Santarém, pero pronto la peor desgracia cayó sobre ellas.
Era Don Sancho, Conde de Ledesma, un valiente caballero, que con sólo 20 años había intervenido ya en varias batallas. En 1374, estando en Burgos, donde se preparaba una empresa contra el duque de Lancaster (Alencaster) que se metía por estos reinos, una noche fatal, ocurrió la mayor desgracia…”


 Flor del almendro en el lugar histórico de LAVERDE- Poblado del Salto de ALDEADÁVILA DE LA RIBERA. SALAMANCA
El rey Enrique III nos describe este acontecimiento histórico:
“En Burgos se combatía contra el duque de Alencaster por sus abusos, y en este combate, al Conde D. Sancho le alcanzó un golpe de lanza, provocándole una herida fatal, y causándole la muerte. Fue enterrado en la Catedral de Burgos.
Al ocurrir esta desgracia, doña Beatriz, esposa de don Sancho, se hallaba encinta, naciéndole poco después una hija, a quien llamó “Leonor de Castilla”. Para pasar tranquila los tristes días que le esperaban en su viudedad, Doña Beatriz se retiró con su hija a San Felices de los Gallegos, donde moró en su castillo, bien acogida en tan tristes días por la Villa y sus moradores.
En San Felices transcurrieron los años infantiles de la futura reina doña Leonor. Allá arriba, en lo alto de la torre del homenaje, doña Beatriz mostró a su hija muchas veces los dilatados horizontes de ambos reinos.
Doña Beatriz favoreció mucho a la villa de San Felices, y dejó inmejorables recuerdos en ella, pero desgraciadamente su salud no debió de ser muy fuerte, y al cabo de unos seis años pasó a Ledesma, y allí murió el 5 de julio de 1831, siendo enterrada en la Catedral de Burgos, junto a su marido.
Aquella niña, su hija Leonor, que durante varios años había alegrado el ambiente señorial de la Villa de San Felices, al quedar completamente huérfana, fue recogida y llevada a la corte, encontrando en el rey don Juan I, su primo hermano, un sincero y familiar afecto.”

Es el padre Mariana quién la va a presentar en la Corte de Castilla del rey Enrique III el Doliente; he aquí sus palabras:
“Andaba en la corte doña Leonor, hija única de don Sancho, conde de Alburquerque; la dote y sus haberes y rentas, eran de tal guisa, que el pueblo la llamaba la Rica Hembra”.
En efecto, doña Leonor, próximamente a sus dieciocho años, era: condesa de Alburquerque, señora de San Felices y Sobradillo, de Medellín, de Tiedra, Montealegre, Villalba del Azor, Castromonte, Carvajales, Ampudia, Haro, Briones, Belhorado, Cerezo y Ledesma, su tierra. Esto solo por su padre, porque, en esta sazón, poseía también todo lo de su madre.
Efecto de esta posición suya opulenta, sucedió que eran muchos y buenos los pretendientes que la solicitaban, y vino a alcanzarla el infante don Fernando, llamado el de Antequera, hermano del rey.
Don Fernando de Antequera, a su vez, era señor de Lara, duque de Peñafiel, señor de Medina del Campo, de Castrogeriz, Cuéllar, Olmedo, Villalón, Cifuentes, Mondéjar, Granadilla, Galisteo, Paredes de nava, señores de la villas del infantado, y de otros muchos pueblos que le producían, junto con los de su esposa, millones de maravedíes de renta.
Todo esto, en comparación con lo que ha de venir, será poco para la Condesa, toda vez que su bella estrella, al casarse con el exitoso Fernando, la iba a llevar muy pronto a ser reina de Aragón, y a ser madre de cuatro reyes, y abuela de Fernando el Católico.”
En la obra titulada “Coronaciones de los Reyes de Aragón” de Jerónimo de Blancas, después de tratar del curioso relato de la coronación del infante Fernando, realizada en Zaragoza, se cuenta también el relato de la coronación de la reina doña Leonor, escrita en lenguaje aragonés antiguo.
La ceremonia de la coronación, se celebró en Zaragoza con la mayor de las pompas, el lujo y el esplendor posible de la época:
“Iba doña Leonor del brazo del príncipe, el Duque y sus hijos hacia el palacio de los Mármoles, acompañada también de doncellas, caballeros y escuderos ricamente vestidos. La reina montaba sobre caballo blanco y lujosamente guarnecido, y alrededor de ella, a pie, los Grandes Señores, Infantes y ricos Hombres y caballeros. Así que llegó a la iglesia, hizo oración y se sentó en la silla del Rey.
Después vino el Arzobispo Don Lope de Luna para bendecirla. El Rey se sentó en su silla con las vestiduras con que se había coronado días antes. Allí comenzaron a decir los Obispos y Arzobispos –de todo Aragón- las oraciones correspondientes al acto. Dichas éstas, la Reina doña Leonor, se postró ante el Rey, su esposo, y éste puso sobre su cabeza la corona que era de oro y piedras preciosas: el Cetro en la mano derecha y una sortija en un dedo de sus manos. A continuación el Rey dio la paz, y se acercaron a la reina los Infantes sus hijos a besarle la mano. Y el Rey seguidamente, armó a varios caballeros.
Acabadas estas largas, vistosas y obligadas ceremonias, la Reina regresó en su caballo, maravillando a las gentes que estaban en las calles para verla pasar. Los días siguientes hubo torneos, justas y juegos de cañas apara celebrar la coronación.
Reinaron estos reyes en Aragón felizmente varios años, hasta que el Rey muriera en Igualada, retirándose entonces doña Leonor de Castilla, viviendo muchos años en Medina del Campo, donde murió a los sesenta años de edad en 1435.



[1]         El matrimonio entre Fernando de Antequera (futuro rey Fernando I de Aragón) y su tía Dª Leonor de Guzmán o Alburquerque se celebró en 1393.
[2]        ZURITA: “Antología de Aragón, cap. 60”.
[3] “Documentación del archivo Municipal de Ledesma”. Extensa anotación contenida en “Masueco: ayer y hoy”, Consuelo Hernández Estévez y Delfina Alvarez Cenizo. Gráficas Cervantes, S.A. ISBN: 978-84-613-0702-9, pp.29 y ss.

martes, 4 de agosto de 2015

Tierra de LEDESMA: 1341 a 1350

Infante D. Fernando Alfonso, Señor de Ledesma (1341-1350)

La Historia diferente de las Arribes del Duero- parte 112
“El D.Alfonso, rey de Castilla y señor de Vizcaya, que figura en el privilegio, creo que sea D.Alfonso el Onceno, que fue el primero que se tituló de esta manera en 1331,… cuando fue a Valencia de Alcántara contra el maestre de la Orden, D.Gonzalo Nuño, que se había rebelado… y en ella haría la donación del infantazgo de las Siete Villas al quinto hijo bastardo, llamado D.Fernando, que tuvo en Doña Leonor de Guzmán, nacido en el mismo año que su otro hijo legítimo D.Pedro, con el que estuvo hasta que éste fue rey, los cuales tendrían 7 años[1]al hacerse esta donación. Era indudablemente este infante D. Fernando el que figura en este privilegio, porque se titulaba señor de Ledesma en 1350, según dice Ayala[2],…, compuesto de Alburquerque, Alconetar, Galisteo, Granadilla y Montemayor, á cuyas villas se agregaron Ledesma, Salvatierra y la villa de Miranda,..
Corrobora que fue éste y no otro el infante agraciado con el infantazgo, el decir su padre en el privilegio que pertenecía este señorío á su hijo mayor, que entonces era de entre los legítimos D. Pedro, al que encargaría respetase esta donación y privilegio—“
laberinto medieval en el centro de Aldeadávila
Pasan de la reina Dª Leonor, a la reina Dª María en 1350:
“Lo corrobora, además de esto, la historia de la posterior sucesión en estos señoríos, que hecha brevemente es la siguiente:
Murió el dicho infante D.Fernando en el año 1350[3], y heredaría todos sus bienes su madre Doña Leonor, pero D. Pedro, luego que reinó, dió todos los bienes de Doña Leonor de Guzmán á la reina Doña María, su madre.”



[1]         Pedro I el Cruel nació en 1334. El Señorío se donaría en 1341.
[2]        Canciller Pedro López de Ayala, Libro XX, cap. 9º.
[3]        Canciller Ayala, Libro XX, cap. 9º.