Cine en las Arribes del Duero

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Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

viernes, 29 de abril de 2016

Los infantes de Aragón pelean con Juan II de Castilla

No nos hemos olvidado de nuestra Historia diferentes de LAS ARRIBES DEL DUERO, ahora con nuestro fascículo 123, que trata de la pérdida de influencia de los llamados infantes de Aragón, aquellos que gustaban de perderse por los rincones más olvidados de las Arribes...
Las guerras entre los infantes de Aragón y Juan II de Castilla (1420-1432)
A raíz de la muerte en 1406 de Enrique II, se encargaron de la regencia la reina madre, doña Catalina y Fernando de Antequera, tío del joven Juan II. Fernando consiguió un éxito militar notable al conquistar la plaza de Antequera en 1410, y fue elegido rey de Aragón dos años más tarde en Caspe.

No obstante, Fernando había actuado durante su regencia claramente a favor de sus hijos, a los que pretendía convertir en un referente para el futuro de Castilla. Sus hijos, los infantes Enrique, Sancho y Pedro de Aragón accedieron rápidamente a dignidades como los dos primeros a los maestrazgos de Santiago y Alcántara, y todas las posesiones de castillos, fortalezas, y territorio de las Cinco Villas, de Alburquerque y de Ledesma. Éstos eran los infantes de Aragón, y como ha puesto de manifiesto el profesor Benito Ruano:
“con los bienes patrimoniales y con los adquiridos sucesivamente… los infantes eran en su conjunto más poderosos en Castilla que el propio rey”.


De quienes dijo el poeta Jorge Manrique, en las “Coplas a la muerte de su padre:
“Qué se hizo el rey don Joan?
los infantes de Aragón,
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué de tanta invinción
que trujeron?
¿Fueron sino devaneos?
¿Qué fueron sino verduras
de las eras,
las justas e los torneos,
paramentos, bordaduras
e cimeras?”
Pero los infantes, además de guerreros y ambiciosos eran también aficionados a la ciencia, e incluso el principal de ellos Enrique llegó a ser rector de la Universidad de Salamanca[1]:
“En el año 1395, el infante D. Enrique de Aragón vivía en Salamanca, después de haber hecho rápidos progresos en varias ciencias, y de haber desempeñado el cargo de rector de la Universidad, dió en la locura de dedicarse á la nigromancia. De este tiempo traen origen las tradiciones del Negro, de la Redama, de la Cueva, de Clemesín y de la madre Celestina”.

La desconfianza contra los infantes surgía, pues por su descomunal fortaleza económica y de fortalezas, acrecentado en 1416, al fallecer Fernando de Antequera y traspasarles, añadidas sus posesiones en Castilla. En esta fecha al morir su padre, se les empieza a ver ya claramente como intrusos extranjeros.
En 1419 se celebran nuevas Cortes del Reino en Madrid, donde es declarado mayor de edad Juan II, pero la situación no es cómoda: en Madrid son destacadas las revueltas contra el infante Don Enrique. En 1422 es detenido y puesto preso por orden del rey Juan II.
El infante d. Enrique entrega la Villa y Tierra de Ledesma, años después, en 1426 a su esposa la infanta Beatriz, cediéndosela como un “Señorío vel casi”[2]
“...con el señorío e jurediçión çevil e criminal, alta e baxa, e con el mero misto imperio della e de toda su tierra, e del alcáçar e fortaleza della e todos los pechos e derechos e preuentos e rrentas pertenecientes al señorío vel casi della, e no nos constituymos por posehedor vel casy de la dicha villa e su tierra en su nombre”.
Este documento es muy importante, porque nos informa de cómo era el dominio ejercido por el infante Enrique sobre las aldeas de Ledesma.
Por otra parte, Juan II ratifica la entrega en concepto de dote y arras por el matrimonio de Enrique con Beatriz.



[1]         “Semanario pintoresco español”, p. 154.
[2]         Archivo ACDA nº241, legajo 2, nº10, fechado el 12 de setiembre de 1444, Villamano del Infante. Ver también ACDA nº242, legajo 3, nº6.