Cine en las Arribes del Duero

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Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

miércoles, 8 de abril de 2009

Arquitectura tradicional de las Arribes. Aldeadávila


La arquitectura tradicional de Aldeadávila es un claro exponente de la que existió en todas las poblaciones de las Arribes, fundamentalmente en las de mayor población: Aldeadávila y Vilvestre, y en menosr medida Pereña, Villarino y Mieza.
Se distinguen dos tipos, que marcan zonas del pueblo e historia distinta:
1.-Intramuros: delimitada por el trazado de las antiguas cercas: la antiguedad es mayor, y se conservan muros, sillerías e inscripciones anteriores al s.XVIII, incluso recuperaciones de material de la Torre del s.XIV, antes de su reforma.
2.-Calles Poza y Corredera: son la expansión urbanística del s.XVIII, y primeras décadas del XIX, aparecen inscripciones y sillerías de balcón y de ventana claramente de dicha época.
Lamentablemente, en los últimos años, debido al crecimiento y expansión turística de Aldeadávila, aumentan los derribos, algunos de ellos sin respeto por las estructuras antiguas.
Se echa de menos una declaración de Conjunto Monumental por parte de Patrimonio, y la inclusión en las Normas Urbanísticas Municipales de un listado de edificios a respetar. De otra manera, la Aldeadávila que hemos disfrutado y contemplado perderá gran parte de su sabor.































































Nuestra propia idiosincrasia


Si ya es cierto que la mayor parte de los pueblos y ciudades tratan de definir sus señas de identidad, sus particularidades con gran fuerza, si marcan sus diferencias, este hecho del individualismo se da quizás con más fuerza en nuestra tierra, en las Arribes.

Expresiones como: "es forastero", "Volvía al pueblo porque no me sentaban bien los aires de..", "los de Masueco son..", para los de Corporario, "los de Aldeadávila son.."



Este afán por la diferenciación llegaba al paroxismo, como cuando los de Villarino y Fermoselle se liaban a pedradas, o lo mismo los de diferentes barrios de Aldeadávila, es decir, dentro de la misma población tiende a reproducirse el modelo.

La visión que tenemos actualmente de Aldeadávila como "un pueblo único y agrupado", que ha nacido creciendo, es lo más alejado de la realidad, ésta es una idea reciente en la historia, procede de las ideas de fines del s.XV, y sobre todo del XVIII. Esta unión de los diferentes núcleos, con la preponderancia de uno de ellos -aldea d'Auila-, que comenzó a darse en el último cuarto del siglo XV, además no fue una idea original nuestra- me refiero de Aldeadávila- sino una necesidad de defensa y económica que sintieron los habitantes de pequeñas aldeas como Quadrilleros y Alcornocal para poder defenderse de los ataques de nobles poderosos, como el que fuera regidor de Salamanca, García de Ledesma. De estas pequeñas aldeas, nos quedan el registro de iglesias que dependían del curato de Corporario y de Aldeadávila, allá en el siglo XIV y XIV, y de una de ellas la iglesia del s.XIII, por fin reconvertida en monumento y restaurada por el propio Ayuntamiento de Aldeadávila, no sin muchas dificultades, y con poca ayuda. Se conservan los muros de contrafuerte del s.XIII, así como símbolos románicos en su cara Este, y hoy en día es la Oficina de Turismo y Centro de Recepción de Visitantes.

También es necesario situar correctamente la visión que tenemos de las ermitas históricas de Aldeadávila y de Corporario, así como del mito-leyenda de Santa Marina, que no es de Las Uces, según González-Dávila y el Abade de Baçal, sino que sería de Mogadouro. estas ermitas históricas hay que situarlas en un plano comparativo provincial, e incluso de ambos lados de la raya del Duero-Douro: las ermitas, su construcción marcaban en la mayor parte de los casos la ubicación de aquellos lugares que decíamos, y en algún otro caso, o momento de la Historia, se utilizaron como asistencia a peregrinos y enfermos que transitaban por los caminos, y eran tan frecuentes en la Edad Media; frecuentes por las guerras, las luchas continuas, el hambre, las pestes y las expropiaciones de tierras por los nobles.

También hay que romper el mito, de tratar de asociar arcos o fechas de una determinada reforma con la obra en su conjunto, estos arcos, de la segunda mitad del s.XVIII se levantan en un momento de bonanza económica, sobre una obra muy antigua, y también en el momento en que se decreta la demolición de las ermitas de Santiago, San Pelayo y San Marcos.

Todas estas ermitas han visto a lo largo de los siglos, desde el XIII hasta la actualidad numerosas obras, ampliaciones, restauraciones, etc., gracias a ellas las conservamos, pero para ello es necesario analizar las fases de su construcción, sin realizar análisis simplistas.