La Historia diferente de las Arribes del Duero- parte 115
“En
seguida el rey D. Juan II hizo donación de las villas de Garrovillas y de
Alconetara, con las barcas, el río y otras cosas, al conde de niebla, D. Enrique
de Guzmán, reservando el usufructo de por vida á la misma reina Doña Leonor de
Guzmán…
Este
D. Enrique de Guzmán, segundo Conde de Niebla, en su segunda mujer Doña María
Orozco, tuvo a D. Juan, que le sucedió en el condado en 1436…”
Poco antes de la cesión de
Ledesma a Don Beltrán, fue concedida por breve tiempo a D. Pedro de Zúñiga
Duque de Plasencia, pero el pueblo de Ledesma, le rechazó harto ya de la
dependencia señorial, y el día de su entrada en la villa se dice que fue
recibido a pedradas.
A pesar de la existencia
del Condado de Ledesma, no tenemos que ver a éste como un todo unitario, sino
que parte de su territorio, sobre todo al Oeste y al Sur existían pequeños
núcleos señoriales, sobre los que no ejercían jurisdicción: uno de éstos fue
Trabanca, en el que está registrado que antes de 1476, la mitad de su territorio estaba en manos del noble D. Gonzalo de Mercado, puesto que en dicha fecha, le compran el
territorio los vecinos de Villarino[1]:
“ escritura de compra otorgada en el año 1476, por la cual el
pueblo de Villarino adquirió de D. Gonzalo de Mercado la mitad del lugar de
Trabanca, y un testimonio literal...”
Cenobio de Santa Marina de Laverde, fundada por los Condes de Ledesma en el s. XIV, en el estado en que lo encontró Iberduero, cuando se hizo la expropiación de las márgenes del salto de Aldeadávila de la Ribera.
[1] “Colección completa de las sentencias
dictadas a consulta del Consejo Real, desde su instalación en 1846 hasta su
supresión en 1854” ,
publicado por Revista de Legislación en Madrid, 1884.