Bufantes de Aldeadávila espantan los malos espíritus frente a la casa de Alfonso Hernández Catá: cuentista salmantino-cubano.(Fotografía cedida por Roberto, Oficina de Turismo de ALDEADÁVILA).
Más cerca de las personas estaban una serie de diablillos, que podían hacer cantidad de tropelías, y de "diabluras", obedeciendo a una persona que tuviera un pacto con el diablo. Dada la importancia de lo que hacían, se les guardaba con mucho mimo en redomas de cristal.
Muchas personas que puedan escuchar estas frases pueden sorprenderse, pero no han pasado tantos años...Para las personas que ya tenemos una edad avanzada, estas historias todavía podían escucharse cuando éramos niñas.
Matilde Cherner y Hernández es una de las grandes escritoras de Las Arribes hacia la mitad del siglo XIX, aunque murió muy pronto, de amor, un amor que no pudo ser...Su prima política Robustiana Armiño , escribe en 1860 el libro "Fotografías sociales" en el que nos aporta cuentos, e historias fabuladas: alguna de ellas de Las Arribes (Aldeadávila y La Fregeneda), pero lo que más nos interesa es que nos da una descripción exacta de lo que eran estos "diablillos familiares".
“Pacto con los familiares. El pacto con el diablo no es tan solo una estravagancia de la nebulosa imaginacion de Goethe. En pleno siglo XIX existen todavía muchas personas inspiradas por el fanatismo y mas comunmente por la estafa, confiesan haber hecho pacto con el espíritu de las tinieblas, que en cambio pone á su disposicion un gran número de diablillos microscópicos, llamados familiares, que el poseido guarda casi siempre encerrados en una redoma de cristal, obligándolos á servirle de emisarios en todos sus antojos. Según la tradicion, los familiares hablan mucho, tienen la voz afeminada, y se burlan de sus enemigos, entrando y saliendo en la redoma por arte mágica y revestidos de las formas mas caprichosas. Hace muy pocos meses que una mujer, de las muchas que ejercen en madrid el oficio de adivinas, aseguraba muy formalmente que ella y otros once poseidos iban dos veces cada mes á la una de la madrugada á los campos de Vicálvaro á donde sucesivamente conferenciaban con el demonio por boca de los diablillos familiares, ratificando siempre el pacto con sacrílegos juramentos. Los familiares merced al privilegio de hacerse invisibles hacen penetrar á su poseedor al través de los mas espesos muros colándose casi siempre por el agujero de las cerraduras, y apareciéndose ordinariamente bajo la forma de insectos ó lagartijas”.En Aldeadávila, hasta el s.XX existía una interpretación sobre la evolución y "marcha" de las nubes, y también una superstición basada en ellas.
Para remediar los males de las tormentas, existía la "Jaculatoria de San Bartolomé":
"San Bartolomé benditohabía perdido el “Don”,
cuando buscándolo andaba
se encontró con el Señor:
“San Bartolomé bendito,
¿Qué andas buscando?
El “Don”, Señor,”
y el Señor le respondió:
“Donde el nombre de San Bartolomé
Bendito sea nombrado,
no caerán centellas ni rayos,
ni adultos, ni niños morirán de espanto.”
Fuente: http://photoxibeliuss.blogspot.com/