Cine en las Arribes del Duero

Cine en las Arribes del Duero
Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

sábado, 29 de diciembre de 2012

50 años de la gran crecida del RÍO DUERO

El río Duero, es un río asombroso, capaz de todo. helarse a su paso por Zamora, de parecer tan sólo un hilillo embarrancado en las simas de las Arribes o de crecidas espectaculares. Esto se debe a la suma de los potenciales acuíferos de una gran superficie de escorrentía, y sobre todo, al deshielo que puede ser simultáneo, de las cumbres de Picos de Europa gracias a su gran afluyente Esla, de los Picos de Urbión y Sierra de la Demanda, o de las cumbres del Sistema Central que miran a su cuenca.

Una gran conjunción, y un enorme temporal se debió de dar hace justo 50 años, entre el 31 de diciembre y el 6 de enero de 1962, pues llegaron a pasar por las obras de la Presa de Aldeadávila de la Ribera hasta 12.000 m3/segundo.


Una naturaleza fuerte y prodigiosa, única en toda Europa, en el mayor cañón fluvial de la Península Ibérica.


En estos fotogramas tomados del No-Do (web de RTVE) se puede ver cómo desbordan las rugientes aguas por encima de la Presa de ataguía -32 metros de altura-, del puente que une las dos márgenes, por la boca de salida del túnel y canal de desviación, y la cascada de Abicheiros, entre Vilarinho dos Galegos y Bruçó.


Filmoteca española NO-DO, enlace:


RTVE NO-DO Aldeadávila


RTVE NO-DO Saucelle años 50



¡Quién hubiera contemplado este espectáculo!


Las obras de Iberduero en el Salto de Aldeadávila, las exteriores, debieron de paralizarse durante más de quince días, y dedicarse en precario a montar el 1º grupo generador.

















** Y esta última foto que es de una crecida menor, en abril de 1963, ya terminada la Presa y bendecidos por D. Igancio Estévez, el capellán de los Saltos de Saucelle y de Aldeadávila, los tres primeros grupos alternadores:



El DUERO siempre muy impetuoso  en su gran CAÑÓN, especialmente en las cascadas y rápidos de Aldeadávila se resistía a dejarse dominar por la gran presa. En octubre de 1959 ya les dió un aviso importante a los constructores del Duero, como recuerda José Fora, ingeniero de camino recién incorporado a la plantilla de Aldeadávila:

"Pero, mira por donde, el Duero envió una riada que retrasó todo el programa, de tal modo que cuando me reincorporé al trabajo pude asistir a la colocación del primer cazo. Fue una riada larga aunque no especialmente impetuosa, pero el túnel de desviación no era capaz de evacuar lo que nos enviaba el Duero. El río nos dió mucha guerra ¡desde octubre (1959)  hasta mayo (1960)! no se pudo trabajar en el cuenco.....


La gran riada fue en diciembre y enero de 1961 y teníamos coronados los dos bloques de la presa correspondientes a los desagües de fondo. Estos bloques tenían que ir mucho más rápido que el resto para poder hacer maniobras con los desagües que te digo. Uno de los bloques estaba coronado totalmente y el otro casi, casi.


El Duero estuvo muy duro con nosotros durante toda la construcción. Recuerdo que en  el plan de hormigonado de esos momentos se dejaban dos bloques bajos con la idea de que, aunque saltara la ataguía, el río pudiera correr libremente, por lo menos hasta 4.000 metros cúbicos por segundo y por supuesto seguíamos hormigonando los demás bloques.

Pero en diciembre de 1961 llegaron muchos más y durante unos cuantos días. La urgencia fue tal, que deprisa y corriendo hicimos unos cierres en los pozos de refrigeración y en las galerías que quedaban en ese portillo para agotar la seguridad. Nuestro gran problema era la impermeabilización en las galerías de abajo, pues los equipos de Rodio trabajaban con el Duero salvaje acechándoles por todas partes. Por descontado que el río había superado la cota donde estaban los de Rodio.

El agua siguió subiendo, subiendo y subiendo. Alcanzó todos los bloques, salvo éste que te digo, que virtualmente estaba acabado

Es decir, los desagües no se pudieron utilizar, entre otras cosas, porque no creo que estuvieran instalados los servomotores y sus mecanismos. De todos modos no hubieran ayudado nada porque estaban previstos para evacuar 100 metros cúbicos por segundo.

El dos de enero de 1962 fue la punta máxima de la avenida. En noviembre de este mismo año se puso en marcha el primer grupo, luego la presa tenía que estar coronada."

El texto figura en el libro "Ecos de un pasado, la construcción de los saltos del Duero. Volumen III".

Se trata de la entrevista realizada por el autor ALVARO CHAPA al empleado JOSÉ FORA.

Un libro de cabecera imprescindible para todos aquellos que amamos el DUERO.