La Historia diferente de las Arribes del Duero, parte 127.
La Orden de San Francisco siempre había sido, ya con anterioridad a D. Beltrán de la Cueva , objeto de una
dedicación y atención mayor por parte de la Corona de Castilla y León: empezó esta relación
preponderante con Enrique II, pero
vivió un avance considerable con Juan II;
y finalmente Enrique IV también le
dotó a esta Orden de una protección
especial[1].
Para comprender mejor la
función del convento de Santa Marina
en la corte del valido de Enrique IV, el duque de Alburquerque -Don Beltrán de la Cueva-, es necesario
conocer los mecenazgos y patronazgos
que estableció sobre conventos, hospicios y hospitales.
Mecenazgo y patronazgo
Como es sabido, la cabecera del ducado de
Alburquerque era Cuéllar,
especialmente querida por D. Beltrán,
y a esta Orden mendicante también
pertenecía el monasterio de San Francisco
de Cuéllar, que recibió numerosas donaciones de la familia, llegando
incluso a ser elegido para el enterramiento de la rama principal de la familia Cueva.
Para situarnos históricamente,
decir que el año de la fundación del Monasterio de San Francisco de Cuéllar es dudoso, pero parece que para 1.247 ya se
encuentran testimonios de su existencia[2].
Estado actual del Convento de SAN FRANCISCO, CUÉLLAR. Fuente de la foto: http://www.hanway.es/paseando-por-cuellar-segovia/
de Hanway.es
Las referencias a él durante los siglos XIII y XIV son muy escasas, y empiezan
a hacerse más numerosas a partir del momento en el que D. Beltrán recibe la villa de Cuéllar,
y empiece a establecer su patronazgo
sobre él. Este patronazgo se tradujo en donaciones de la familia, y en la
construcción de la capilla donde serían enterrados los miembros del linaje. Don Francisco Fernández de la Cueva , y sus herederos,
siguieron haciendo concesiones a este monasterio.[3]
D. Beltrán de la Cueva recibió “licencia del custodio” en 1.476, para
edificar una capilla para su sepultura, así como la de sus sucesores.
Pero tuvo que ser su hijo D. Francisco, duque II de Alburquerque,
quien tuvo que hacerse cargo de concluir las obras de la capilla, puesto que a
su padre no le dió tiempo de verlas concluidas, terminándolas D. Beltrán II, duque III de Alburquerque.
Por otra parte, sabemos que
el convento de San Francisco de Cuéllar, fue objeto de la venta y sustracción
de objetos y alhajas, puesto que el papa Alejandro
VI, tuvo que emitir una bula prohibiendo
estas acciones, bajo pena de excomunión, así se lo había pedido D. Francisco Fernández, debido a las enajenaciones, ventas y trueques de los objetos custodios que
tanto su padre como él habían donado al monasterio con la finalidad de culto.[4]
Un año después, en 1.473, fray Martín de
Cogeces, prior del monasterio de Santa
María de la Armedilla[5], dió aviso a Fray Francisco de Segura, vicario
general, al vicario provincial, y al “guardián
de San Francisco” de esta
prohibición formulada por el papa, informando de la severa pena para quien la
incumpliera.[6]
Sobre este monasterio de San Jerónimo, también es
interesante comprobar que los duques ejercieron patronazgo, por la documentación conservada, aunque ésta sea a
partir del tercer duque de Alburquerque.
En Cuéllar, que es el centro del ducado
de Alburquerque desde que se la concediera en 1.464, éstos también favorecieron
y patrocinaron a otros monasterios e iglesias[7],
pero también a instituciones benéficas, como por ejemplo el Hospital de Santa María Magdalena de Cuéllar,
del que sabemos que D. Beltrán de la Cueva hizo donación de
2.000 maravedíes anuales, para que fueran gastados en alimentar y calentar a
los enfermos pobres que acudieran a este hospital[8].
Con relación al monasterio de Santa María de la Armedilla , se tomó
la decisión en 1.437 de que la administración del Hospital de la
Magdalena fuese responsabilidad por un tiempo, de los
frailes de un monasterio de gran significación para los duques de Alburquerque:
el de Santa María de la Armedilla[9].
En Cogeces del Monte, en la actual
provincia de Valladolid, y a petición
de Cuéllar (a cuya Villa y
jurisdicción pertenecía), se comenzó a levantar este monasterio cisterciense. A
comienzos del s. XV, en 1.402, pasó a la Orden de los Jerónimos, gracias a la cesión
que realizó el infante D. Fernando,
hijo del monarca Juan I a favor de
ésta. Se erigió en 1.405, gracias a una bula del papa Benedicto XIII, siendo poblada por monjes del monasterio de La Mejorada[10].
Sobre las concesiones
hechas por los duques de Alburquerque al monasterio
de Santa María de la
Armedilla , sabemos que en 1.489, el duque y su esposa,
que era en dichos momentos Dª. María de
Velasco, hicieron donación de 6.000 maravedíes anuales a los frailes del
monasterio, situados en la villa martiniega de Cuéllar; a cambio, los frailes se comprometían a rogar por las
almas de los otorgantes (duques de Alburquerque), y de sus antepasados, así
como por la del monarca Enrique IV[11].
Fue D. Francisco I (II Duque de
Alburquerque), quien intervino en las reformas del edificio conventual, y
quien confirmara al monasterio los privilegios que había recibido con
anterioridad de los monarcas[12].
Finalmente, también en 1489, el primer duque, D. Beltrán, fundó una capellanía
en el convento de monjas de San Salvador,
perteneciente a la Orden de San Benito, que estaba situada
extramuros de la villa de Ledesma[13].
La Orden
benedictina era muy influyente en aquella época, sobre todo a raíz de la
fundación de San Benito de Valladolid por Juan I[14].
[2] Situamos la creación del primitivo
convento de El Manzano o La Verde
entre los años 1.213 y 1.247,
a falta de documentos que lo testifiquen.
[3] La bula de fundación la otorgó el papa
Inocencio IV en 1.244. B. Velasco Bayón, “Historia
de Cuéllar, pp. 160 y 313” .
[5] Monasterio de la Orden de San Jerónimo, y
situado en Cogeces del Monte, Valladolid.
[7] Tenemos como ejemplo la cesión de 250 mrs. Anuales, a
través de un censo que ahabía impuesto, a determinadas casas, a favor de la iglesia y la fábrica de San Esteban (Cuéllar,
7 de febrero de 1.511, ACDA, Nº152, leg.2, add. B).
[8] Monasterio de santa María de la Armedilla , Cogeces del
Monte (Valladolid), 18 de abril de 1.492, AHMC, Sección I. Refrenda y escrita
por D. Gonzalo Fernández de Toro, Contador
de D. Beltrán.
[9] Esta situación duró poco tiempo, y
pronto pasó a depender del concejo de Cuéllar.
B. VELASCO
BAYÓN, Historia de Cuéllar, pp. 199 ss.
[10] Diccionario de historia
eclesiástica de España, A. Aldea, T Marín y J. Vives (dirs.), Madrid,
1972-1977, vol. III, p.1663.
[11] Cuéllar, 11 de febrero de 1489, ACDA, N.º 7, C .ª 7, n.º 38 y Monasterio
de Sta. María de la Armedilla ,
Cogeces del Monte, 22 de enero de 1.492; AHMC, secc.I, nº 50.
[13] 5 de mayo de 1489. ACDA, N.º
141, leg. 2, n.º 4. Se trata de un traslado con fechado en 1500.