Cine en las Arribes del Duero

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Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

viernes, 20 de marzo de 2009

Primeros documentos históricos de las Arribes salmantinas



























Tradicionalmente se ha considerado que los primeros documentos históricos de las poblaciones de las Arribes salmantinas procedían muy tardíamente de la segunda mitad del s.XVI, y ello era debido a la composición de los archivos municipales o parroquiales, que se comenzaron a redactar en dichos años.
La digitalización abundante de libros y archivos que se viene produciendo en los últimos años, ha venido a traer luz en este asunto, y a situar la historia de nuestros pueblos en su verdadera cronología, y a que podamos rescatar parte de su historia.
Las primeras noticias que tenemos de señoríos y andanzas caballerescas en estas lindes fronterizas datan de mediados del s.XII, en tierras de Berrueco-pardo, Bilbestre y el Carpio:
“El Rey Don Alfonso llamó a Nuño Gil el gran caballero de Auila, que fuese a combatir con él… É a la guerra que ovo con el Rey de Leon sirvieronle, otrosi, bien e lealmente. Tovieron castellanos en el reyno de Leon:
Blasco Muñoz el Soberbioso tobo el Carpio
É Nuño Mateos Monterreal é al Pablo é Berrueco Pardo.”
Estos caballeros vencieron al Concejo de Salamanca, el día que el rey don Alfonso venció la batalla de Úbeda, es decir en el año 1212.
De esta época data el primitivo castillo de Berrueco-pardo que pasó por muchas vicisitudes a lo largo de su historia: entre los años 1167 a 1184 figura como tenente de los concejos de Zamora, Salamanca y Ledesma el Conde Armengol VII, de estos años data la concesión del fuero a la villa de Barrueco, que pasaría en tiempo muy breve a la Orden de Santiago. Ya en 1220 las aldeas de Berrueco pardo, Pelayo (Alpalio) y Saucelle pasan al poder de la Orden de Santiago, a pesar de la fuerte oposición del Concejo de Ledesma.
Las primitivas aldeas del Concejo de Villa y Tierra de Ledesma, ya tenían hacia 1265 la suficiente entidad como para buscar la financiación de la construcción de sus nuevas iglesias, y esta información ha sido estudiada recientemente por el profesor Bienvenido García Martín. Se trata de la primera lista de poblaciones conocida hasta ahora. El documento empieza:
“Summa Libro a todos los préstamos que la iglesia Catedral de la Ciudad de Salamanca ha e tiene en la dicha ciudad e en sus tierras e término e en la villa de Ledesma e su término e en la villa de Medina e en su término e en la villa de Monleón, los cuales comienzan de esta manera”.


En concreto, con referencia a las tierras de las Arribes son:
Almendra, Travanca, Cabeça de Framontano, Villarino, Perenna, Bidola, Penalfange, Fontes, Cabeça de Caballo, Villar, Simirera, Aveto, Massoco, Sarça de Canosapo, Corporario, Aldeadávila, Mieça, Bilvestre, Barruecopardo, Sazele, Villabonos, Robredo de la Casa, Milana, Saldenna, Valderrodrigo...
Y otras localidades del entorno de Vitigudino:
Barteo, Bartillino, Allazares, Villar de Ciervos, Robredo Fermoso, Valsalabroso, Sanchón, Gadramiro, Elvira Godino, Ecra, Moronta...
Seguramente nuestros lectores identificarán fácilmente en nuestra geografía salmantina gran parte de estas poblaciones, aunque no todas... ello es debido a que muy pronto, ya en el s. XIV empiezan a despoblarse algunas de ellas: Penalfange, Simirera, Aveto, Robredo de la Casa. En el entorno de Aldeadávila se tienen contabilizados por los documentos históricos algunos de ellos: Quadrilleros, Alcornocal, La Revilla de Aldeadávila, Robredo o Robledo, etc.
Pero muy pronto, todas las localidades que posteriormente (s.XVII) conformarían la comarca de La Ribera, iban a ser testigos de la disputa entre infantes de la Corona de Castilla y del Concejo de Ledesma; nos estamos refiriendo a los años de 1290 a 1322, a las Cortes de Castilla que se celebran repetidamente entre Burgos y Valladolid, el texto es el siguiente:
“Otrosí que las villas é los logares que fueron de Don Alfonso fijo del Infante Don Fernando, é de Don Sancho fijo del Infante Don Pedro, que son Beiar, é Montemaior, é Miranda, é Granada[1], é Galisteo, é Alba, é Salvatierra é Ledesma con todos sus términos, que estas dichas villas que non sean dadas a Reynos, nin á infanzones, nin á ricos omes, nin á cavalleros, nin á los dichos Don Alfonso nin á Don Pedro que se lama fijo de Don Sancho, nin á ninguno de los regnos nin de fuera de los regnos, nin dean metidos á juicio, mas que finquen Reales segunt en tiempo del Rey Don Fernando que ganó á Sevilla.
Otrosí confirmamos al concejo de Ledesma que haian sus aldeas que son estas: Penna, Villarino d’Arias, Darlos, La Cabeza de fuera mercados, Aldea d’Auila, Mieza...”
La reclamación de los dos procuradores de Ledesma ante los regentes del reino está fundada, como luego ocurriría tantas veces en la Historia de esta tierra, en la no devolución de tierras por parte de algunos señores feudales, en este caso del infante Sancho Pérez, salmantino.


En esta tierra de las Arribes, al igual que en otras comarcas históricas de nuestra provincia, se han producido muchas vicisitudes históricas, que han influido notablemente en su desarrollo posterior, y que empezamos por fin a conocer, historias que tienen que ver con la expulsión de los judíos de Ledesma y Vilvestre, de regidores que se acastillan en Pereña, de nobles que intentan amedrentar a las gentes de Masueco y Aldeadávila, de las vicisitudes de familias moriscas en esta última población en 1590, de curas-Licenciados que reclaman ante el propio rey Fernando el Católico, etc.

[1] Granadilla, Salamanca.



Gótico isabelino de principios del s.XVI, procedente de las Cruces de Santiago. Eran el símbolo de las Cofradías religiosas y de cultos del Renacimiento.