No es la primera vez que dos enamorados eligen las aguas de este río y la cubierta del catamarán “El Corazón de las Arribes” para escenificar un amor y un compromiso de convivencia que, desean y esperan, sea para siempre. Pero en este caso, YOLANDA y JESÚS además desean gritar ese amor a los cuatro vientos y lo harán el próximo SABADO, día 5 de los corrientes. En esta ocasión, algunas televisiones y otros medios de comunicación les acompañarán, obrarán como testigos y darán traslado de lo acontecido a miles de lectores y telespectadores.
Lejos, muy lejos, quedan aquellos tiempos en que el río obraba como único testigo y los contrayentes –español y portuguesa, portugués y española- formalizaban su compromiso en soledad y silencio, con una mirada cómplice y enamorada; sin necesidad de un sacerdote porque la Santa Madre Iglesia tampoco obliga a ello; en tanto que el sol se ocultaba por poniente. Y después, al contrabando, oficio de los desheredados y de los rebeldes que nunca aceptaron aquel prejuicioso “de Espanha ni bom vento ni bom casamento” ni aquella frontera social “de costas voltas o viradas” (de dos países que se dan la espalda).
El padre Pontes, mítico cura portugués, contrabandista y pasador de gentes, nos comenta que llegó a celebrar “muchos matrimonios mixtos en tiempos del contrabando” aunque ahora la vieja frontera comience a ser olvidada y pocos son los que eligen “la raya” para contraer matrimonio.
Así pues, escenario singular es el elegido por YOLANDA Y JESÚS para unir sus destinos. Esta pareja no solamente van a darse el “sí, quiero” sobre la cubierta de un barco, sino que además lo harán, a pesar de estar aun lejos del Atlántico, en las aguas internacionales que separan el Portugal y la España más profundos.
Y cuando MANOLO, capitán y timonel del “Corazón de las Arribes”, les indiquen que navegan junto al Picón de Felipe, un descomunal peñasco de más de 500 metros de altura que se asoma vertiginoso sobre el río, por favor que alguien les cuente detalladamente la leyenda de Felipe.
Brevemente les diré que Felipe fue un pastor español que, por amor hacia una pastora portuguesa, trataba de derribar la descomunal mole granítica (que hoy lleva su nombre) con la única ayuda de su martillo y transformarla en puente que le llevase hacia su amada. Obviamente, Felipe no logró su objetivo y por ello muchos creen que se trata únicamente de la leyenda de un loco, pero a nosotros se nos antoja que es el mito que la cultura popular rayana ha creado para el prototipo de hombre luchador e irredento que quiere romper fronteras; sobre todo las más duras y difíciles, que son las fronteras mentales y sociales (que tanto monta).
No todos los que contraen matrimonio pueden hacerlo en esa catedral natural hecha de piedra y agua que es el cañón del Duero, ni tendrán un pastor (sea cura, concejal u alcalde) que les hable de otro pastor llamado Felipe. A algunos, si volviésemos a casarnos, nos gustaría que a modo de sermón nos contasen esta hermosa leyenda tan acorde con el amor, su fuerza y su tesón, mientras el rumor del río nos dice que estamos en “tierra de nadie”, lugar común para todos los enamorados. Y para muchos a los que nos encanta ir de boda.
"La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos."
Confucio, filósofo chino. Siglo VI a.C.
Daniel Sagredo.
Aldeadávila de la Ribera, Arribes del Duero. SALAMANCA.
Enlaces de interés:
*Crucero fluvial "CORAZÓN DE LAS ARRIBES": http://www.corazondelasarribes.com/
*Leyenda cultural de frontera del "PICÓN DE FELIPE":
http://www.aldeadavila.com/historia/salamanca-la-leyenda-cultural-del-picon-de-felipe-arribes-del-duero/