El infante Pedro de Aragón amaba las tierras de las Arribes y Ledesma, en SALAMANCA.
Nuestra Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO, parte 124.
Quien iba a tener una participación más activa en tierras de Salamanca, y en general al Oeste del Reino de León, iba a ser el infante Don Pedro.
Participó en las guerras y luchas de su hermano Enrique contra el rey Juan II, fundamentalmente durante los años1426 a 1431 en la zona occidental
del reino de Castilla.
Su captura en 1429, llevó, por fin, a la pacificación de las comarcas de Salamanca y Extremadura, exigiéndosele para poder ser liberado la entrega de todas las fortalezas y posesiones que allí tenía su familia.
Entrada a la Bodega de los Martín Herrera, del s.XVIII en la confluencia de la calle Abajo con la plaza que lleva su nombre.
Nuestra Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO, parte 124.
Quien iba a tener una participación más activa en tierras de Salamanca, y en general al Oeste del Reino de León, iba a ser el infante Don Pedro.
Participó en las guerras y luchas de su hermano Enrique contra el rey Juan II, fundamentalmente durante los años
Su captura en 1429, llevó, por fin, a la pacificación de las comarcas de Salamanca y Extremadura, exigiéndosele para poder ser liberado la entrega de todas las fortalezas y posesiones que allí tenía su familia.
“El
portugués Martin Alfonso, cuando marchó á ver á su padre el rey Don Alfonso de Portugal (Alfonso V); volvió de
este reino[1]
acompañado por su hermano el infante Don Pedro..., mil ginetes, á sus primos
los infantes de Aragon don Fernando y don Juan. El de Trastámara (Juan II) y
don Juan Alfonso de Alburquerque se reunieron en Robleda, cerca de
Fuenteaguinaldo. Vinieron desde allí y vadearon el río”
Hubo una revuelta general
en toda la provincia salmantina, llegando al momento culminante en 1423, con la formación de dos bandos:
o
Bando del
infante D. Enrique: formado por los hermanos infantes, y apoyado por el Corregidor de Salamanca, D. Enrique Enríquez quien también tenía
las tropas de la ciudad-concejo y el
título de “almirante de Castilla”.
o
Bando real: Juan II aconsejado por el Condestable
D. Álvaro de Luna, y que tendrían que verse forzados a un acuerdo con los
infantes, tras perder todas las fortalezas salmantinas, según nos cuenta una
vez más el Semanario pintoresco español:
“En
el año 1423 Juan II prendió, por instigaciones de D. Alvaro de Luna al infante
D.Enrique; irritados algunos pueblos se alzaron contra su monarca, y pidieron
la deposición de D.Álvaro. D. Alonso Enríquez, almirante de Castilla y
partidario del infante, era entonces corregidor de Salamanca; se apoderó de las
fortalezas y alzó el estandarte de la rebelión. El rey vino á Salamanca con el
objeto de pacificarla, pero se vio forzado por los rebeldes a retirarse á
Cantalapiedra, en donde viéndose solo, consintió en la separación del privado.
En 1431 se celebraron cortes en Salamanca para examinar si era útil la guerra
con los moros de Granada; asistieron a ellas muchos esclarecidos varones y
eminentes prelados. Se declaró la guerra, y la ciudad contribuyó con lanzas y
con una crecida suma de maravedises.”
Es en esta época, entre 1415 y 1430 en que las fortalezas
y alcázares de Aldeadávila y Pereña de la Ribera son
reconstruidos, ampliados y dotados de una capacidad militar que no tenían anteriormente: saeteros, lombardas,
guarnición, etc.
Tras la entrega del
señorío de Ledesma en las Treguas de Majano, pierden de nuevo su condición militar, y no es seguro que el
Condestable don Alvaro de Luna las dotara de una
guarnición importante.
“Juan II confió a religiosos dominicos la custodia del
santuario(¿), y en 1.445 después de dar gracias a nuestra Señora por la
victoria de Olmedo, le cedió la jurisdicción del terreno confiscado al rebelde infante de Aragón D. Enrique”.
Cuando el infante
Enrique fue expulsado de su señorío salmantino, la Villa de Ledesma
fue entregada al “justicia mayor” Pedro de Estúñiga, como condado; por
ello los infantes Enrique y Pedro continuaron las hostilidades, lo que
llevó a Juan II y a Alvaro de Luna a intervenir en Ledesma y aplicar a
la villa un castigo ejemplar, sin duda por el apoyo prestado a los infantes.
En 1430 vuelve a la
escena D. Enrique reclamando sus posesiones leonesas y castellanas, y hacia 1440
recupera el control del territorio de Ledesma.
Entrada a la Bodega de los Martín Herrera, del s.XVIII en la confluencia de la calle Abajo con la plaza que lleva su nombre.
La simbólica calle Maderos, fuera de los muros medievales de Aldeadávila de la Ribera, tal como era antes de su limpieza.