Cine en las Arribes del Duero

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Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

miércoles, 21 de julio de 2010

Santiago Hernández Milanés (1750-1812): un arribeño en America. Obispo y defensor de la independencia de Venezuela.

Mirador de LA CODI en MIEZA: uno de los lugares más bellos de Las Arribes. SALAMANCA.

El último cuarto del siglo XVIII y hasta la Guerra de Independencia (1808-1812) que tantos desastres trajo a las Arribes, es un momento económico muy bueno en nuestra comarca, con unas iglesias de cobraban unos diezmos de los más importantes de nuestra provincia de Salamanca.
De familia acomodada, nace en 1750 en la Villa de Mieza Santiago Hernández Milanés.


Hubo en suma, muchísimos curas, presbíteros y religiosos de los pueblos de las Arribes en aquellos años, consecuencia lógica de la cantidad tan importante de diezmos que cobraban las iglesias. Este aspecto se acentúo en el último cuarto del siglo XVIII y hasta la Guerra de Independencia de 1808-1810 que tantas consecuencias traería a nuestra comarca.




Ramón Mato y su hermano , naturales de Aldeadávila. Ramón se doctora en Leyes por la Universidad de Salamanca en 1785-1786. Lo vemos ejerciendo de presbítero en su pueblo natal. Para cuando Ramón Mato ha querido licenciarse en la Universidad, y empezar a cobrar sus prebendas, ya ha fallecido un Beneficiado, de la rama del Pozo de Aldeadávila: Domingo Hernández del Pozo, quien ejerce de párroco de Yecla de Yeltes, y fallece en el año 1787. Tantos eran los beneficios que aportaban las parroquias, que es el propio rey Carlos III quien abre las plazas de párroco y las cubre por concurso-oposición, en este caso se tarda casi un año y es cubierta por un cura de Mieza, que sería con el tiempo obispo muy activo: Santiago Hernández Milanés (Mieza 1750- Mérida, Venezuela 1812).


A comienzos de 1788 nuestro buen cura es trasladado de un extremo de la diócesis a otro: de Macotera a Yecla de yeltes, al fallecer Domingo Hernández del Pozo, para ello tuvo que ganarse el favor real, buscando estar más cerca de su tierra natal Mieza, situada a escasos 25 kms. A caballo hay un camino que podía realizarse…


El libro “El patrimonio eclesiástico venezolano, Vol. 1 y 3”, escrito por Baltazar Enrique Porras nos da una completa biografía, descripción física y analiza su actuación en el obispado de Mérida. Consultar las páginas 20 y ss.


“El señor Milanés era de mediana estatura, aunque muy bien musculado: su color blanco rosado, el iris de un azul claro, nariz aguileña, cabellos canos que contrastaban con la frescura de su agraciado rostro. En el acento de su voz se distinguía desde luego eso que llamamos ceceo, que establece notable diferencia entre el modo con que pronuncian el castellano los peninsulares y los americanos. De fino trato, de manera cultas, aseado en su persona y en su vestido, descubría a primera vista al hombre de buena sociedad”.


La diócesis de Mérida de Maracaibo en Venezuela se crea el 17 de febrero de 1787, nombrando el rey a su primer obispo Fray Juan Ramos de Lora. Inicialmente se extendía a “los pueblos de Maracaibo, Gibraltar, La Grita, Mérida, Barinas, Pedraza, Perijá, San Cristóbal y San Jayme, agegándosele las ciudades de Trujillo y Coro de la provincia de Venezuela, y el pueblo de Pamplona y Parroquia de San José, perteneciente a Santa FE”. Sin embargo, la delimitación exacta de tan vasto territorio quedaba por hacerse. Prácticamente se llegó al momento de la independencia sin la fijaci´n detallada y oficial de los límites.


El Obispo Santiago Hernández Milanés (1750-1812), era oriundo en la Villa de Mieza, Provincia de Salamanca, España.


Sus padres eran de buena posición social, lo que le permitió educarse bien en la prestigiosa ciudad universitaria de Salamanca, realizando cursos de Humanidades, Filosofía y Teología. Fue colegial del Colegio Mayor de San Bartolomé de Salamanca, y recibió la borla de Doctor en Derecho Canónico en la misma Universidad.


Hernández Milanés recibió la Orden del Presbiterado en Salamanca, y se desempeñó como cura en Macotera hasta 1787, y posteriormente en Yecla de Yeltes como párroco hasta 1801. Poco después, el 14 de marzo de 1801, mientras se hallaba cumpliendo su labor sacerdotal, el rey Carlos IV, mediante Real Cédula le nombró Obispo de Mérida de Venezuela, siendo preconizado el 5 de julio del mismo año por su santidad el papa Pío VII. En dicha ocasión recibió el título de Canónigo de la Catedral de Palencia, mientras se trasladaba a Indias.


Poco a poco se va aclimatando a Venezuela, en su aspecto cultural, y aunque nunca dejo de considerase español, llegó a defender el derecho de venezuela a independizarse. Muere en 1812 en un violento terremoto.
Para más información, visitar la página web de MIEZA de la RIBERA en LAS ARRIBES CENTRALES de SALAMANCA:


http://www.dtinformatica.com/mieza/index1.htm

El Baile tradicional de "La Bandera", de origen medieval todavía se celebra en Mieza de la Ribera y Aldeadávila en las grandes ocasiones.

Barrio de "La Atalaya" de Aldeadávila, de ascendencia árabe.

1 comentario:

  1. Mi nombre es Carlos Alberto García, vivo en la ciudad de La Plata, Prov. de Buenos Aires, Argentina. Soy un nieto de Miezucos, Don Dionisio GARCIA HERRERO y Doña Fermina BERNAL PEREZ, que se vinieron a este país a principios del siglo XX. Hace ya varios años que estoy intentando conocer el árbol genealógico por mi rama paterna y hasta el presente, he encontrado a muchos de mis ancestros (en algunos casos hasta la undécima generación) que nacieron en Mieza, Lumbrales, Aldeávila y pueblos vecinos. De este estudio realizado a partir de la disponibilidad de los registros de bautismo, matrimonios y defunciones, realizados por los Mormones, he podido también ayudar a otros descendientes de miezucos a encontrar sus antepasados. Quisiera hacerle llegar a Usted, los aportes genealógicos correspondientes a un Miezuco Ilustre, el Obispo de Mérida, Maracaibo, Venezuela, Don Santiago HERNANDEZ MILANES (debería ser HERNANDEZ VICENTE). Podría hacerle llegar el archivo adjunto que documenta esta aseveración. Un abrazo grande desde La Plata, Argentina. 19 de enero de 2011

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