El polifacético escritor, etnólogo y novelista de las Arribes del Duero, Jesús Alejo Guarde ultima su último libro.
Se trata de una colección de poemas dedicados al fallecimiento de su madre María, otros de ella misma, así como una parte de ellos dedicados a uno de sus temas fundamentales, el ser humano, el terruño en el que se desenvuelve su actividad, labra, vive y padece. Entronca así de nuevo, su obra literaria, con la naturaleza vigorosa de Las Arribes donde nació, y aprendió esas coplas populares tan típicas de la Ribera de Salamanca.
Se trata de una colección de poemas dedicados al fallecimiento de su madre María, otros de ella misma, así como una parte de ellos dedicados a uno de sus temas fundamentales, el ser humano, el terruño en el que se desenvuelve su actividad, labra, vive y padece. Entronca así de nuevo, su obra literaria, con la naturaleza vigorosa de Las Arribes donde nació, y aprendió esas coplas populares tan típicas de la Ribera de Salamanca.
“Amargo consuelo para un mortal”
Te
fuiste despidiendo con calma
y
tu espíritu se elevó al cielo.
Ya
estás dichosa en el paraíso;
ese
fue siempre tu anhelo,
pero
a mí se me partió el alma
y
no alcanzo consuelo.
Ay
María, María.
Ya
estás en el cielo.
El
lugar donde tú querías.
Seguro
que estás en la gloria,
y
con Dios en compañía.
pero
retengo en la memoria,
tus
sonrisas, tus consejos,
tus
oraciones con melodía.
Tu
ternura, tu paciencia,
tu cariño y tus afables manías.
Ay
María, María.
Ya
estás en el cielo.
El
lugar al que tú aspirabas,
invocando
plegarías con celo.
Te
sigo viendo en la capilla.
Orando
día tras día.
Sentadita
sobre tu silla.
Susurros
y rezos con armonía.
Pura,
tierna y sencilla,
implorando
a la virgen María.
Ay
María.
Madre
mía.
¡Que
gran vacío me dejaste!
Y
tú te marchaste al cielo.
La
morada que pretendías.
Jesús Alejo
Guarde
26 de Marzo
de 2012