Cine en las Arribes del Duero

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Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

miércoles, 14 de abril de 2010

LEDESMA: los orígenes de Aldeadávila como Villa


Balconada nobiliaria en Aldeadávila restaurada

Portalón antiguo en peligro de demolición.


Reutilización de sillares en 1810 en el Humilladero del santo Cristo de Aldeadávila

Dentro del terrazgo de la Villa de LEDESMA, y de su Roda de Masueco, ya desde el siglo XV destacaba Aldeadávila por su gran población, sus viñedos, y el elevado número de hidalgos que habitaban en su Concejo.
Pero es a finales del siglo XVI con la llegada de 23 familias moriscas de Levante, y en las primeras décadas del siglo XVII con la construcción de la primera fase del Humilladero del Santo Cristo, y la llegada en oleadas de comerciantes, y artesanos judíos de varios concellos de Portugal, principalmente de Mogadouro- Vilarinho dos Galegos y Ventoçelo- cuando el pueblo de Aldeadávila ya aspira claramente a convertirse en un referente urbano en "las Arrivas de el Duero", lo que ha venido en llamarse su vocación urbana. La unión de los reinos de Portugal y España también benefició mucho a Las Arribes, viviéndose como un drama auténtico la separación a partir de 1640, y las amenazas de guerra.

Este pueblo tuvo una vida cultural, económica y de relaciones comerciales muy fuerte en aquella época: la comunicación se realizaba de La Verde-Rivas y Aldeadávila con LEDESMA  a través de la Calzada Vieja de Ledesma. El camino con Vitigudino o no existía, o prácticamente era infranqueable.

La obtención del título de Villa se consigue hacia 1656, y está registrado en varios documentos que fue durante el reinado de Felipe IV de los Austrias.

De este momento de gran actividad, destacan las familias Santiago, Herrera, Caballero, Maya, Morales, Saavedra,Sendino, étc.Pero sobre todo las figuras del comediante Gerónymo de Zifuentes (1620-1708), y los dominicos Fray Alonso Sendino Herrera(1640-1704) y su sucesor Fray Francisco de Morales (1656-1702). Ambos destacaron como Provinciales por su trabajo en Oriente, uno en la Universidad Santo Tomás de Manila, y el segundo como Misionero católico en Japón. Ambos tuvieron contactos frecuentes con el propio rey y su Corte, estando publicadas varias de sus cartas al Rey.

De las construcciones de este momento, además de las religiosas, poco se conserva, salvo las Cruces de Santiago y de San Marcos bellamente embellcidas en sus cubos. Uno de los motivos, parece ser, las destrucciones realizadas por tropas francesas en la Guerra de la Independencia entre 1809-1810, aspecto no muy desarrollado por los investigadores.