Cine en las Arribes del Duero

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Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

jueves, 23 de julio de 2015

La devoción a SANTA MARINA en SALAMANCA

La Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO- parte 110


Más importante en el devenir de Aldeadávila de la Ribera ha sido esta santa, en realidad beata, y hay que desechar la idea de que era original de este pueblo, porque hasta en Corporario ha tenido ermita.
Pudiera ser que esta devoción fuera traída por los castellanos de la Rioja, porque en la temprana fecha de 1209 está documentada en la antigua villa riojana de Letesma… y los mismos repobladores riojanos pudieron traerla, eso sí a sus propios asentamientos o lugares.

Así, están documentadas ermitas a su devoción hacia 1605 en las siguientes poblaciones: Aldeadávila, Corporario, Yecla de Yeltes, Miranda del Castañar (sin renta), Cepeda del Castañar, y Escurial de la Sierra. Lo que también se da normalmente en estos casos: discusión sobre el depósito de reliquias: Aldeadávila, Francos (Machacón) y Baçal (en Bragança).
Traemos aquí la Leyenda de Santa Marina:



“Según cuenta la tradición, en tiempos de la dominación musulmana vivía con sus padres en el pueblo de Las Uces (Salamanca), una joven cristiana de gran hermosura llamada Marina.
Al parecer, era una familia muy humilde, labradores del campo, con penurias y necesidades. Cuenta la leyenda cómo cierto día mientras Marina se encontraba en el campo cuidando del rebaño familiar, apareció a lomos de un enorme caballo blanco un jeque muy galán y arrogante. Éste, al ver a la jovencita y guapa muchacha quedó prendado de su hermosura, y desde ese mismo momento se propuso conquistarla. Por el contrario, como veía que Marina no cedía, decidió obtenerla por la fuerza. La situación para la joven zagala se volvía turbia por momentos, y al verse Marina en peligro, miró al cielo, y con voz firme y segura, invocó a la Virgen María para que la auxiliase, ya que ansiaba librarse de aquel caballero que no deseaba.
La Virgen María, al escuchar sus plegarias, bajó del Cielo 
y le ayudó”.
Retablo del convento de Santa Marina Laverde, que a raíz de la Desamortización de Medizábal fue trasladado, por el Ayuntamiento de Aldeadávila de la Ribera, a la ermita de "La Santa" que recibió ese nombre a partir de aquel momento. Otras imágenes fueron dispersadas por la comarca, algunas de ellas están en la iglesia parroquial de Vitigudino.
A continuación vamos a ver la versión portuguesa de Mogadouro:
“Santa Marina o Mariana, como fue conocida debió de haber nacido en Lagoaça hacia 1420 (en dichos años esta población pertenecía al concelho de Mogadouro). El autor del “año histórico” le da el nombre de Mariana, a pesar de que el primero parece el más correcto.
La tradición portuguesa la da como natural de Mogadouro, distrito de Bragança. Otro autor Gil Gonçalves de Avila en la primera impresión de su “Theatro de Salamanca” dice que ella era natural de Portugal, pero en una segunda edición indica que: “a esqueceu mas nâo se atrveu a dar-lhe a naturalidades de España”.
En realidad no hay documentos que prueben su existencia en términos reales (las fechas dadas… apenas podemos opinar de documentos, a pesar de que en Portugal “se dice haberse retirado para la provincia de Salamanca por los años de 1450”). Esta aseveración se juzga infundada, a no ser por las gracias e indulgencias que el papa Calixto III prometió a los devotos que favorecieran las obras de su primer ermita, y como este pontífice gobernó entre los años 1453 a 1458, se intuye la época.
El cuerpo de Santa Marina está sepultado allá donde fue grande su veneración, en sepulcro de mármol, en la iglesia del Convento de La Verde, de la Orden franciscana, situado a pocos kilómetros de la tierra que la vió nacer, en el Obispado de Salamanca, junto al río Duero, en la raya o “raia” fronteriza.
“Quando ainda jovem, conta a lenda, se retirou para este lugar onde viveu até a morte numa gruta em vida solitaria e cotemplativa”.

Era tanta la veneración por la santa, que los habitantes de aquellos contornos tenían por sus excelsas virtudes, que construyeron un Templo para favorecerse de que el Papa había concedido gracias, indulgencias a quienes participaran en la construcción del convento de Santa Marina de La Verde.
La cabeza de la Santa, incrustada en plata, se guarda con veneración en su iglesia, y es dada a besar el día 4 de cada año.




NOTA desde Lagoaça: esta devoción por Santa marina era muy fuerte también en los pueblos portugueses limítrofes. Este hecho ha trascendido en la toponimia de la freguesía de Lagoaça: "Vale de Marinha", "Fonte da Santa", y "Cabeço da Santa", en este último lugar están las ruina de la antigua capilla dedicada a ella.
Referencias aportadas por José Verissimo.