Perfectamente distinguible desde Mogadouro, se levanta el Cerro del Tesoro en Cerezal de Peñahorcada, muy cerca del Corazón de las Arribes, es decir, Aldeadávila y Mieza de la Ribera.
Dice la leyenda -similar a la de Pereña de la Ribera- que aquí se escondió un tesoro fabuloso para esconderlo de la llegada de las tropas árabes. Ahí sigue o seguirá...
También por estos parajes se dieron correrías de bandas armadas durante la II Guerra Carlista, y durante las luchas miguelistas del otro lado -Mogadouro-.
Antes , nuestros abuelos, siempre pendientes del tiempo para poder recolectar y sembrar decían que las peores tormentas en Aldeadávila de la Ribera, decían que venían del S y SW, del Colagón de Mieza y del Teso de Cerezal.
En el camino que va de La Zarza de Pumareda a Mieza de la Ribera, todavía en la verde Ramajería se pueden ver detalles de cómo se construyeron y construyen los paredones de las cortinas.
Todavía hoy en día "los ribereños" se animan a levantar paredones en las lindes, pero la técnica y la rapidez han aumentado, situándose más lanchas de anclaje.
Dice la leyenda -similar a la de Pereña de la Ribera- que aquí se escondió un tesoro fabuloso para esconderlo de la llegada de las tropas árabes. Ahí sigue o seguirá...
También por estos parajes se dieron correrías de bandas armadas durante la II Guerra Carlista, y durante las luchas miguelistas del otro lado -Mogadouro-.
Antes , nuestros abuelos, siempre pendientes del tiempo para poder recolectar y sembrar decían que las peores tormentas en Aldeadávila de la Ribera, decían que venían del S y SW, del Colagón de Mieza y del Teso de Cerezal.
En el camino que va de La Zarza de Pumareda a Mieza de la Ribera, todavía en la verde Ramajería se pueden ver detalles de cómo se construyeron y construyen los paredones de las cortinas.
Todavía hoy en día "los ribereños" se animan a levantar paredones en las lindes, pero la técnica y la rapidez han aumentado, situándose más lanchas de anclaje.