Cine en las Arribes del Duero

Cine en las Arribes del Duero
Doctor Zhivago, La Cabina, Del Pirineo al Duero...

Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

jueves, 22 de enero de 2015

Los Manolos

"El Indefenso Recurso Humano frente al devorador Manolo"

Artículo de opinión de Jesús Alejo Guarde, en la revista "Foro", 4 de junio de 2010.

Jesús Alejo Guarde, Aldeadávila de la Ribera, 1957 es escritor fecundo, domina el relato corto, siguiendo la tradición ribereña ( "Flash de una vida", "La avispa", "Aldeadávila de la Ribera: de mi pueblo prendado"), novelista: "La fábrica de la luz", y articulista de opinión. Además de su pasión literaria, es también empresario.



"Todo comenzó cuando a ciertas cabezas pensantes de eslóganes se les ocurrió inventar la moda de utilizar la expresión recurso humano para denominar al obrero; y estuvieron acertados, con el apelativo; porque el obrero es una persona que dispone de un patrón que lo conoce, lo mima, lo cuida y lo estimula; sabe de su familia, de su entorno; conoce el porqué de sus estados de ánimo y procura ayudarle a tomar las decisiones adecuadas, orientándole; y, a cambio, obtiene el beneficio de su apoyo y trabajo, creándose una simbiosis entre patrón y obrero; pasan los años y,  cuando llega su edad de jubilación, se marcha agradeciéndole la compañía de toda una vida en su empresa.


Sin embargo, el recurso humano es alguien indefenso, al que el patrón deja en manos de depredadores sin escrúpulos que, en tiempos de bonanza, le aprietan denodadamente, exprimiéndole, hasta que se quema, y se desprenden de él sin preocuparse por su futuro; lo único importante es que no se convierta en un lastre para la firma; en épocas de crisis, le estrujan sin miramientos y, si no arde, harán todo lo posible por carbonizarlo y deshacerse de él, sin demora, para desahogar a la compañía de costes humanos.

Al amparo del recurso humano nació "el manolo". "El Manolo" es ese jefecillo, muy extendido por la geografía empresarial, que asciende por su cualidad de misántropo, y a base de humillar al obrero para convertirlo en R. H. Acaba con sus ilusiones, pisotea sus brillantes ideas, y se las hace propias;  desautoriza su iniciativa, y lo convierte en un domado "burro trabajón", al que únicamente le valoran la demostración de realizar más horas de las que le corresponde. Luego irá exprimiéndolo, denigrándolo, anulándolo, para que nunca le rebase en el puesto, y cuando consiga convertrlo en un tizón, se desprenderá de él, como si se tratara de una lavadora averiada e inservible.
Lucha por mantener intacto su altísimo sueldo, afilando sus colmillos contra sus indefensos colaboradores, convirtiéndolos en personajillos de personalidad trémula, chepas bien altas, cabezas gachas y lenguas mudas. Y, a la vez,  ese ser rastrero, pelota y paseador de paseillos buscará apoyos para su incapacidad, poniendo cara de corderillo delante de sus superiores.

Actualmente, muchas empresas están padeciendo un mal endémico: el llamado síndrome "del Manolo". Consiste en que muchos de sus mandos, llegado el límite de su incompetencia, necesitan recordar a sus subordinados, en todo momento, que en aquel gallinero manda él. Con ello consigue dos propósitos: convertir a unos en pelotas, por miedo o servidumbre, y obviar a aquellos que, por sus altos conocimientos, les plantan cara o les hacen sombra.

Desde hace bastante tiempo, vengo observando que, las empresas que padecen el referido síndrome, se convierten en compañías con un alto porcentaje de RRHH mediocres; esto es debido a que, éstos, se limitan a realizar las tareas que les encomiendan, procurando no enfadar "al Manolo".

Los RRHH  que aportan valor añadido a su trabajo se marchan, o se convierten en incómodos para "el susodicho", y, a la primera oportunidad, los despiden; por tanto, se quedan con la gente corriente.

No tengo fuerza moral para culpar al R.H. indefenso: el temor al despido, a dejar a sus familias sin sustento. El recelo a lo inexplorado: "es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer". Como sólo han apreciado la penumbra en la "gran empresa" a la que han donado toda su vida profesional, piensan que fuera de allí no brilla el sol. Y, la desconfianza por lo que les pudiera suceder si contradicen a su verdugo, los convierte en seres pávidos, a la hora de proponer innovaciones; por lo que, prefieren callarse, para no meter la pata, y adoptar el lema de "oír, ver, y callar". Y, así, las empresas no salen de la crisis.

Son malos tiempos para el recurso humano, aunque a los altos jerifaltes de los grandes grupos empresariales, se les llene la boca elogiando a los suyos; vislumbro, que están pensando en los "Manolos". En ciertas esferas, no se dan cuenta de que, en muchas partidas, es el peón el que acaba dando jaque mate al Rey, porque antes sacrificaron la Torre. "El Manolo" suele sacrificar al R.H. para salvarse él, aunque luego pierda la partida.

Hace falta mucha humildad para conseguir el mayor esfuerzo del obrero elogiándolo por sus logros. Y esta cualidad se encuentra fuera del alcance de estos personajes.

¡Que Dios nos coja confesados!."

Jesús Alejo Guarde
4 de junio de 2010.

Jesús Alejo Guarde firmando su éultima novela en la Feria de Salamanca.

martes, 20 de enero de 2015

La Hispanic Society of America en las Arribes del Duero (5)

O una sorpresa en las Fiestas del Toro de Aldeadávila de la Ribera, 1930.

Carta del Alcalde Constitucional Francisco de Andrés a la investigadora de la HSA Matilda Ruth Anderson, fechada el 29 de julio de 1930.

"Aldeadávila de la Ribera (Salamanca) 29 de julio de 1930.

Srta. Ruth M. Anderson
Sevilla- Hotel Palace

Muy señora mía: Perdone ante todo mi demora en contestar a la suya de 26 del ppdo. que acepte como se merece; pero queriendo dar a Vs. satisfacción cumplida no he podido hacer antes por falta de antecedentes y así le dirá.

Que motivado a la supresión de las capeas por disposiciones gubernamentales, que constituían en esta comarca el más delicioso festejo, todos los años en los días 25 y 26 de Agosto, después de terminadas las faenas de recolección de cereales que es la época más apropiada de entre las estaciones del año. Ha decáido grandemente la fiesta popular que nuestra señorita quería presenciara para el estudio de trajes y costumbres de España que intenta confeccionar y del cual se vería honrada esta villa. Esto no obstante, el Ayuntamiento, -?- de su atentísima carta antes referida, ha abrigado el deseo de complacer a nuestra señorita celebrando en uno de los indicados días de Agosto próximo un concurso de trajes regionales y cantos charros con el baile de la rosca y para final de la fiesta una excursión [sic] en automóvil (5 kilómetros) a los grandiosos asomaderos de los grandes saltos del Duero concedidos a la Compañía Hispano-Portuguesa que son la belleza principal de este apartado rincón castellano.




Pero para ello necesitamos estar seguros de su importante asistencia y de su propaganda para el mejor resultado de la fiesta, y en tal caso hacer nosotros la nuestra publicándola en la prensa con todo detalle y vías de comunicación, etc, etc, en cuya virtud yo le ruego la amabilidad de contestar a esta carta oportunamente para que, en caso de aceptar la fiesta ganar tiempo para su organización y buen efecto.

Entre tanto le saluda y se ofrece, suyo afectuoso y s.s.q.b.s.m."



Ambas cartas, la de Ruth Matilda Anderson del 26 de junio de 1930, y esta contestación del alcalde de Aldeadávila de la Ribera, del 29 de julio del mismo año se encuentran en la colección de la Hispanic Society of America, en Hispanic Notes- Spain León Notes. Dpto. de Grabado y Fotografía, HSA.

Por el medio, entre ambos escritos tuvo que haber un telegrama de la srta. Anderson desde el Hotel de Sevilla en el que se alojaba, y muy cerca de la fecha de contestación de nuestro alcalde De Andrés.

Este epistolario plantea dos preguntas: si relmente acudió la investigadora de la HSA a contemplar las fiestas de este precioso pueblo corazón de las Arribes, y si este año de 1930 no se celebraron las Fiestas del Toro relmente, no sabemos qué clase de decisión del Gobernador Civil pudo haber para limitarlas en 1930.

A la primera pregunta, todo indica que sí acudió la fotógrafa de la Sociedad hispánica de América, como lo prueban estas fotografías:





El paso de este alcalde Francisco de Andrés, fue además, muy rápido por la Villa, sólo duró del 26 de febrero de 1930 a 20 de abril de 1930, en unos años muy convulsos como fueron los primeros de la II República Española. Le sucedió el conocido compositor de coplas y músico Pedro Pereña Andrés.


  
NOTAS:

"From the Profesora de Labores in the Normal School at Huelva we learned that maestras of several provinces of Spain have made detailed studies of the costumes of their respectives provinces. Yhe unpublished manuscripts including photographs and patterns of garments are on file in Madrid. Before going to Vienna we should like very much to spend a few days in Madrid taking notes on costumes of places from these manuscripts, which are the work of Spanish women in their own provinces.

En Expedition 1929-1930. RMA Letters. Archive: Photographs to be filed. Carpeta: Spain-Galicia. HSA.

Fuente: ESPINOSA FERNANDEZ, NOEMÍ: "La fotografía en los fondos de la Hispanic Society of America (HSA). Universidad de Castilla- La Mancha, Departamento de Historia del Arte. 2010, diciembre.

miércoles, 14 de enero de 2015

Mascarada de invierno 2015 en LAS ARRIBES DEL DUERO

Vuelve la mascarada de san Antón, llamada en Aldeadávila de la Ribera: BUFA. Sábado 17 y domingo 18 de enero.

Se trata de espantar a los malos espíritus que influyen negativamente en los animales: ovejas, carneros, burros, mulos, gallinas, y toda clase de animales domésticos.






El Judas y las Murgas tratarán de atraerse a los maléficos espíritus de nuestros animales, pero los bufantes, los espíritus buenos recorrerán el pueblo luchando contra ellos.


Alejandro con sus mulos en Aldeadávila de la Ribera. Centro del parque Natural de las Arribes del Duero.

Esta mascarada prerromana, la única que se conserva en la provincia de Salamanca vuelve de nuevo a rondar todas las calles del pueblo.


"Viva san Antón, y el mayordomo que nos emborrachó con el agua del Pozo Pericón"

Cada muchacho se provee con un instrumento capaz de hacer ruido: cuernos, aguisos, cencerros, matracas, panderos, tapaderas, zambombas, almireces, castañuelas...se reúnen en una manifestación, y en medio de un griterío aterrador recorren las calles del pueblo, en dirección a la casa del mayordomo para que los convidase...

Así termina la Bufa de San Antón. Ahora el mayordomo es el propio Ayuntamiento del pueblo.





Esta atávica visión del campo, y la susbsistencia gracias a los animales, alejada de la postura de la Iglesia fue felizmente recuperada por el investigador, etnólogo y empresario Daniel Cruz-Sagredo, quien también tiene notables estudios sobre el contrabando popular y la conservación de especies animales autóctonas.

elato del Antruejo y Bufa de Aldeadávila, escrito por el maestro y escritor aldeavileño Eusebio Ledesma Mieza, en "Mi Tierra: Las Arribes del Duero. Recuerdos de mi niñez"

Publicado por el Ayuntamiento de Aldeadávila de la Ribera, mayo de 2010.
Depósito Legal M-20584-2010. Impresión Power Print, Pozuelo de Alarcón- MADRID.









viernes, 9 de enero de 2015

El antruejo de Aldeadávila de la Ribera

La celebración del Antruejo por las partidas de mozos en Aldeadávila de la Ribera. Centro de las Arribes del Duero.


Plaza mayor de Aldeadávila de la Ribera, cara sur de la Iglesia de El Salvador, datada hacia 1944 ó 1945, como se comprueba por la cruz de los caídos blanca labrada en el muro sur de la iglesia.
Partida "los Labriegos" presentando solemnemente su nuevo estandarte/bandera ante las autoridades. El capitán de la partida de mozos la está izando ante el público situado en la balconada del Ayuntamiento, y en las arcadas. 

Los antruejo o carnavales de Aldeadávila de la Ribera, se celebran el jueves, viernes y sábado anteriores al Domingo de Quincuagésima, por estar expuesto durante 40 horas el santísimo en la iglesia. Este año de 2015 son los días 12, 13 y 14 de febrero.

Durante estos tres días, además de las carantoñas (máscaras), murgas (brujas, que en Villarino se llaman también urgas), comparsas y parodias, que son los personajes que atraen la atención de los carnavaleros o antruejeros. El día por excelencia del carnaval es el sábado 14 de febrero (año 2015). El viernes, y el jueves merendero no dejaban de tener importancia.

Eran los carnavaleros una partida de mozos, generalmente los que iban a ser llamados a filas, o habían entrado en quintas aquel año.

Mucho tiempo antes, durante los meses de otoño e invierno se solía oír algunas noches el tun-tun del tamboril, en los distintos barrios del pueblo. Eran aquellos que entrando en las casas donde tenían confianza, interpretaban a su modo el baile charro en pareja con sus muchachas favoritas, de las que eran admiradores, o aunque no lo fuesen, para complacerlas, y también para tenerlas propicias a darle una buena propina el día del carnaval.

Durante ese tiempo, decidían el nombre que iban a dar a su partida, y el emblema a adoptar, todo lo cual encargarían a un especialista para que lo bordase  en la bandera o enseña, cuyo color y magnitud ellos elegirían, los trajes o disfraces que lucirían, las bailadoras que llevarían de invitadas, y cómo irían vestidas, y dónde celebrarían la comida.

Por otra parte se entenderían con uno de los tonadilleros: el tío Gabino, el tío Juan Garrido, el tío Alejo o el Colasín, para que les compusiese una nueva tonada (letra y música), que diese el golpe en la noche del viernes al sábado de carnaval (este año sería 13 al 14 de febrero), que sería cuando la cantarían.

Ya en la tarde del viernes salían formando una charanga, recorriendo las calles como anunciándose. Un gran carnero, que inmediatamente sacrificaban para comérselo al día siguiente, les servía de mascota.

El sábado, muy de madrugada, cuando el pueblo aún dormía, hacían su primera salida formal para cantar en público su tonada, que aún no conocía nadie. Acompañaban a un buen acordeonista, y a un tamborilero especial, empleando sus instrumentos habituales: sartenes, almireces, y castañuelas...tocando unos populares pasacalles, y despertando a todos los vecinos.

En los torales (plazuelas) y sitios estratégicos para dejarse oir, se estacionaban, y en medio del silencio de la todavía noche, lanzaban sus voces al aire, y en casos hasta con elemento femenino, para dar a conocer la nueva tonada. Después continuarían con la música a otra parte.

Alrededor de las 9 (no sin antes haber paseado las calles tocando diana) el famoso Antonio el Veneno, o en su lugar el Damián, su hermano, que los dos eran tamborileros de pro, y solían actuar uno u otro en bodas y fiestas de mayordomía, agarraba su flauta melódica y su tamboril (a los dos hacía hablar) y se ponía al frente de los carnavaleros.

Éstos emprendían ya su segunda salida, vestidos ahora de punta en blanco, uniformados con su traje especial, que no tenía nada de especial, sino una blusa muy corta al vuelo, recargada de bordados, con franjas y agremanes. Excepto cuando alguna vez inventaban un traje histórico de época, como antaño hizo un año la "Partida el Repente", que salió con una copia exacta de los arcabuceros de Flandes.

En otros tiempos, como nos decían los viejos, el traje que llevaban era el de charro completo, que era una maravilla.

Volviendo a lo nuestro, iban, eso sí, provistos de enormes castañuelas, guarnecidas de cordones con borlas, y madroños con los colores nacionales.

Con su flamante bandera al frente, recorrían calles y torales, haciendo parada en donde hubiese elemento femenino, para organizar allí el baile -baile charro por supuesto-. Sacaban a las muchachas de sus domicilios, muy a gusto y placer de sus madres, que a veces también bailaban. Cantaban luego su tonada, rizaban la bandera, y al terminar, se marchaban. Transcurriendo así toda la mañana, hasta la hora de la comida.


Rizando, ruteando o BAILANDO LA BANDERA en la hermosa plaza mayor de MIEZA DE LA RIBERA.

Entre tanto, dos de ellos, designados por suerte, disfrazados con traje militar, los Pendingones, y provistos de una gran cesta de tapadera el uno, y de un pañuelo de merino el otro, de los que usaban las mujeres anudadas las puntas, se iban acercando a todas las puertas, sin dejar una, pidiendo: 
¿dáis algo para los carnavaleros?

Eran muy bien recibidos en todas partes, y les daban dinero, huevos o chorizos, que iban a parar a la cesta o al pañuelo. En las casas de los parientes y amigos, que lo eran la mayoría de los vecinos, ya tenían las amas preparado de antemano, el mejor chorizo, la docena de huevos, o una buena propina en dinero para los carnavaleros. De lo que recogían, tenían para estar celebrando cenas durante mucho tiempo.


Carnaval en Aldeadávila, años 60 en la tienda de comestibles, y vestidos con mantón de Manila.

A las dos, o las tres de la tarde, celebraban la comida en la casa de uno de ellos, el que le hubiese tocado en suerte; comida cuyo principio y fin se anunciaba a todo el pueblo mediante el disparo de un cohete.


El disparo de cohetes, para anunciar momentos significativos de la carnavalada, también tiene su significado. Huyendo en estos tres días de los rigores que imponía la Iglesia católica, tampoco se quiere usar las llamadas simbólicas de las campanas de la Torre, se usan "formas profanas" para llamar a los actos carnavaleros: los cohetes de pólvora.

Terminada la comida, tenía lugar un número muy importante de la fiesta: "la corrida de gallos" - o la Carrera de los gallos-; en ésta tomaba parte casi todo el vecindario: unos como actores, y otros como espectadores.

En la calle principal, "la del Caño" -donde está el restaurante el Paraíso-, se iban reuniendo los jinetes que iban a participar, los primeros los carnavaleros, cada uno con su gallo, gallina, o conejo, y siempre con una espada, que podía ser de metal o madera. Los espectadores se colocaban a lo largo de la calle -no había aceras-, dejando el centro de ésta para los corredores.


Carrera del Gallo en la calle del Rollo, años 50. Aldeadávila de la Ribera. SALAMANCA

Tendida la soga de una ventana, (por cierto, que una era la de micasa) a la de enfrente (la del Tío Antonio), ataban por las patas con una varilla de hierro, la gallina o conejo. A la señal convenida, iniciaban los corredores su carrera a galope tendido, desde la parte de abajo de la calle, hasta el Rollo. El objeto de la carrera era darle al animal colgado, que unas veces milagrosamente salía ileso, y otras destrozado después de terminar el desfile.

Cuando mataban uno, se colgaba otro, y así sucesivamente hasta terminar con todos los animales. No había premios, y cada jinete volvía a su casa con la pieza que había traído, y que le daba derecho a participar en todas las carreras.

En los entreactos aparece una máscara montada en un borriquillo, con las alforjas llenas de paja, cuando no de ceniza, que a su paso va repartiendo a puñados entre los sorprendidos espectadores, se mete entre la gente, sobre todo con el elemento femenino, que, en lugar de molestarse y protestar, grita y se ríe de lo lindo, llegando a veces a descabalgar a la máscara, y meterla de cabeza en el pilón que estaba en esta calle, justo en la puerta de "el Paraíso".

Después, por la tarde, se celebra en la plaza mayor el baile especial, a la que concurre todo el mundo, ya que es el último acto del Carnaval, que ya finaliza, se va por momentos, y ya no queda más ocasión para divertirse con sus carnavaladas...

En el centro de la plaza, se acota un buen espacio cercado con una soga. Dentro de él no puede entrar a bailar nadie más que los carnavaleros, con sus compañeras o invitadas, todos vestidos con sus flamantes trajes -ellas de charra, o con mantón de Manila: recargadas de collares, e hilos de oro-. Todo es seleccionado, hasta los temas bailables, que toca el tamborilero, y que son magistralmente interpretados siempre.

La segunda parte del baile tiene un aspecto más popular y democrático: roto el cerco y pisoteada la soga, entra ya al escenario toda clase de personas, los trajeados y los no, los hay vestidos corrientemente, y los hay disfrazados, todos dispuestos a bailar incansablemente...y a medida que avanza la tarde y la noche, cada vez bailan con más furor, agitándose, saltando como locos, sintiendo ya que la diversión termine,...

y desgraciadamente llega ya la noche, y se deja oír el toque de la oración, y la muchedumbre bailadora se disuelve, cada uno dirigiéndose a su casa, "cada mochuelo a su olivo", terminando esta barahúnda hasta otro año.


Aldeadávila años 60: cuadrilla de chicas uniformadas de Camareras. Los dos niños tienen el sombrero de punta, reminiscencia de las máscaras o carantoñas.

Todos han disfrutado ya bastante, y durante estos días jueves, viernes y sábado "no le había guardao por corta ni mal echa" con murgas, comparsas, charangas, y parodias -algunas de buen gusto-, y máscaras, sobre todo máscaras que nosotros llamamos carantoñas, que nos infunden gran pánico, con sus gritos y caretas, de tal modo, que apenas las vemos, huimos de ellas, y nos entramos en casa, sobre todo yo que era muy tímido y cobarde...

Relato del Antruejo y Bufa de Aldeadávila, escrito por el maestro y escritor aldeavileño Eusebio Ledesma Mieza, en "Mi Tierra: Las Arribes del Duero. Recuerdos de mi niñez"

Publicado por el Ayuntamiento de Aldeadávila de la Ribera, mayo de 2010.
Depósito Legal M-20584-2010. Impresión Power Print, Pozuelo de Alarcón- MADRID.

*La Carrera del Gallo en detalle:
En este detalle, hemos señalado los elementos significativos de esta parte fundamental del ANTRUEJO: La CARRERA DEL GALLO. En primer lugar, esta celebración se festeja casi 50 años después que el texto en que nos describe EUSEBIO LEDESMA sus vivencias infantiles, quizás hasta propias, formando él mismo parte de los carnavaleros.

Ya hay una degradación importante, no se observan las carantoñas (máscaras), aunque sí un encapuchado y dos muchachos con sombreros de punta. Hay otros tres carnavaleros con los sacos, donde recogen los obsequios y regalos que les va dando la gente o espectadores.

Con relación a los jinetes, por lo menos se observan 9, y vestidos, aunque no todos igual, sí de una manera más o menos informal, unos con chaquetilla y sombrero negro, y otros con blusa carnavalada.

Hemos señalado también en color azul la soga que sostiene al animal, o gallo. Los jinetes ya no golpean con espadas, sino con palos...en el extremos izquierdo de la soga, en el balcón de "los palomos" hay jóvenes que sin duda tensaban la soga para dificultar el golpe...

Muchos detalles preciosos, que hacen de esta parte del antruejo, una de las más llamativas de puestras queridas ARRIBES DEL DUERO.

jueves, 8 de enero de 2015

Peñas o PARTIDAS en la RIBERA de SALAMANCA


Uno de los libros históricos que con más detalle describe nuestras costumbres, es el escrito en 1947, por Antonio Llórente Maldonado"El habla de La Ribera".
Se puede adquirir la reedición de 1992, por la Universidad de Salamanca.

 Maldonado recorrió todos los pueblos de La Ribera salamantina, desde Villarino de los Aires hasta Saucelle de la Ribera, y a estos 8 añadió un noveno: Hinojosa de la Ribera del Duero, porque, aunque no ha pertenecido históricamente a nuestra comarca, su habla sí es la misma.

El mismo Antonio Llorente reconoce, que en las aldeas inmediatas a La Ribera, se habla un dialecto semejante, por aquella época, mucho mejor conservado, pero que el objeto de su estudio es nuestro dialecto: "El habla de La Ribera", sin duda influido por todos los estudios etnográficos y lingüísticos anteriores.

Es increíble, cómo han cambiado nuestros pueblos, apenas 62 años después, y cómo nuestras costumbres y anécdotas históricas ya se nos han olvidado...
En su Introducción, da cuenta de una brevísima historia de La Ribera, de su Comercio, incipiente Industria, y sobre todo, lo que más nos interesa, amplia la información de Unamuno, nos da datos muy interesantes, y que se me antojan algo enigmáticos sobre nuestra Historia reciente, no parece que algunos de nuestros padres ya habían nacido en La Ribera...



...Y algo de esto es verdad, pues los riberanos siempre han tenido fama de pendencieros y valientes, contándose espeluz­nantes casos de la época heroica de la Ribera —hace cincuenta años— en la que las muertes violentas estaban a la orden del día, siendo los riberanos respetados y temidos por los pacíficos «aldeanos», que tenían y tienen aún hoy amargo recuerdo de las pocas ocasiones en que intentaron hacer frente a los bravu­cones hijos de la Ribera.
El clima, las condiciones de la vida, los alimentos dan a la larga carácter a los habitantes de una región; aquí lo vemos palpablemente, pues los riberanos se parecen mucho más a los alegres ribereños navarros y riojanos que a sus paisanos sal­mantinos de las aldeas, de los pueblos y dehesas del Campo de Salamanca, de Ledesma, de Alba, de'Tamames. Es, no cabe duda, producto del abundante vino; unos y otros, riberanos y riojanos, son alegres, decididos, pendencieros, cantarines, gasta­dores...
Salamanca, ya desde el año 1896, sufre una emigración trágica a América, masiva de la que se hacen eco los principales escritores y pensadores de la época, y los periódicos salmantinos como "El Adelanto" que tenía ya tiempo de edición. Conforme a la población y actividad del pueblo, el desastre iba corriendo de puebloen pueblo como un reguero de pólvora... primero los pueblos más dedicados a la agricultura: Don Miguel (¡cuánto le debemos los salmantinos¡) nos cuenta en 1898 la masiva emigración a Brasil, famosa se hizo la emigración de Aldeadávila en 1905 (hablamos de que hasta 1/3 del pueblo viajaba junto a La Argentina. Podéis haceros una idea del desastre que significaba en estos pueblos), poco después el Desastre de Boada (famosísimo porque todo un pueblo se dirige por carta al Presidente de La Argentina, expresándole su deseo de  emigrar el pueblo completo)... finalmente, en la llamada 2ª emigración, le toca a los pueblos más grandes dedicados al comercio: Lumbrales y Vitigudino.
Cada pueblo tuvo su crisis, y su año de emigración... basta con mirar las ediciones antiguas de El Adelanto, y escritos de Don Miguel sobre la emigración...
Es cierta la descripción de Maldonado de la comarca, y de estos hechos, la distinción entre "villano" y "aldeano" era muy habitual en aquella época (1880-1940), con la que querían diferenciarse las gentes de La Ribera, siempre pueblos más grandes, y por lo que se ve muy distintos de otros tan próximos: La Zarza de Pumareda, Cerezal de Peñahorcada, El Milano de la Encomienda, La Cabeza del Caballo, La Peña, étc.
Sin duda, a Maldonado le sorprendían las historias antiguas que le contaban, sería gente anciana , anécdotas e historias de 1860-1900, lo que él denomina "época heroica de la Ribera", con ese lenguaje tan ampuloso de comienzos del s.XX... historias de esta época eran de asesinatos, venganzas, el uso de la navaja... el caso del médico de Villarino, "y todo por un carnero" en La Zarza 1883, tenemos más ejemplos de presos en la ciudad de valencia por asesinatos... La explicación que le doy es la de falta de recursos, el hambre que ya se avecinaba con la crisis española de 1898...
Por último os pongo lo referente a las Cuadrillas de Las Arribes, en Aldeadávila llamadas "PARTIDAS", origen de LAS PEÑAS actuales. No asociemos rápidamente..., sería demasiado fácil, con las partidas de cartas... estudiemos con calma el texto de este etnólogo:
Una de las principales características de la vida riberana es la sociabilidad organizada de sus habitantes. Se reúnen en cua­drillas muy numerosas, las llamadas en Aldeadávila «partidas», las típicas partidas de esta villa formadas por los que juntos to­maron la Santa Comunión por primera vez, y juntos siguen unidos indisolublemente hasta la muerte; todas las fiestas son colectivas, cada partida por su lado, y cuando dos partidas se indisponen, la batalla (antes sangrienta, hoy solamente doloro-sa) es inevitable. Esta unión no termina con el matrimonio; si­gue inalterable; lo mismo los hombres que las mujeres perma­necen ligados; y hoy comen todos en casa de uno, mañana la gran juerga en la bodega del otro, muchos días las mujeres tie­nen por su parte una magnífica merendola, etc., y por la noche a rondar si son solteros, a cantar si casados.
Esto que pasa en Aldeadávila con las partidas, se encuentra con ligeras variantes en las cuadrillas de los demás pueblos; todo a base de amistad, de beber y de cantar; y así en Villa-rino se divierten con la bodina, en Hinojosa con la marrana,en Saucelle celebrando opíparo «alboroque», en Vilvestre comiendo la típica choriza, en Mieza con aparatosasfurrionas.
No hablemos de las fiestas anuales, con sus corridas, y su encierro «a lo San Fermín», en las que se derrocha de todo: cante, danza, valentía, dinero, vino, palos...

 PARTIDAS como "LOS TOREROS", o "LOS CAMPESINOS" en Aldeadávila de la Ribera rivalizaban hasta los años de 1960 en lucir la mejor bandera, cantar las mejores coplas, o realizar los jijeos más llamativos, y hasta incluso engalanar carros durante las FIESTAS DEL TORO. Una hermandad de por vida, llena de solidaridad. 

En Villarino de los Aires, una población muy numerosa en los años 40, se organizaba en Carnavales para realizar representaciones o bufonadas, como ésta que parece representan al dios "Baco" o "Dionisios", pero en realidad se trataría de un santo:


La influencia de las milicias de la reciente guerra civil española se deja sentir en esta otra PARTIDA de Villarino por aquellos años:


Puedes ver más fotos antiguas de Villarino de los Aires en su web:

http://www.villarinodelosaires.es

martes, 6 de enero de 2015

Collage turístico de ALDEADÁVILA: Corazón de LAS ARRIBES DEL DUERO




BARCO TURÍSTICO NATURALEZA: Corazón de las ARRIBES DEL DUERO. EL ROSTRO. CORPORARIO-ALDEADÁVILA DE LA RIBERA


MIRADORES A 500 metros sobre el DUERO: RUPITÍN, LASTRÓN, RUPURUPAI, MONTE EL PUERTO, PICÓN DE FELIPE, PICÓN DEL FRAILE, DE LA PRESA DE ALDEADÁVILA, LA CODE...





























lunes, 5 de enero de 2015

La Hispanic Society of America en LAS ARRIBES DEL DUERO (4)

La Hispanic Society of America en Aldeadávila de la Ribera y Sobradillo, julio de 1930:

Como os comenté en la entrada anterior, Ruth Matilde Anderson, la etnóloga oficial de la HSA estuvo en Zamora y Salamanca entre noviembre de 1925, y mayo de 1926. Se centró en La Alberca, Candelario y Villalcampo.

En julio de 1930 prepara minuciosamente su nueva visita al Oeste Salamanca, enviando cartas a los ayuntamientos: todo ello con una finalidad etnográfica, de conocimiento de las tradiciones, los bailes tradicionales, los trajes populares, las bodas, las fiestas típicas, las casas, el hogar.

Aquí tenemos una imagen tomada en Sobradillo por Ruth Matilda Anderson, y que se expone en la muestra permanente de la HSA en Washington:


Invitados de una boda danzando un baile de Ramos, julio de 1930. HSA, GRF: 73.023.

En detalle:


Fuente: ESPINOSA FERNANDEZ, NOEMÍ: "La fotografía en los fondos de la Hispanic Society of America (HSA). Universidad de Castilla- La Mancha, Departamento de Historia del Arte. 2010, diciembre.

La próxima entrada: una sorpresa en las fiestas del Toro de Aldeadávila de la Ribera, en 1930.

jueves, 1 de enero de 2015

JM-ULLÁN: Turismo Rural (3)

Último artículo de la trilogía del poeta y articulista ULLÁN, escrito en agosto de 1997, sobre los contrastes y esos chispazos festeros en Villarino...
"Es que estamos en fiestas..."

Turismo rural (3)

Anoche, a las tantas (hora española), en medio de la plaza a reventar, al son de un orquestón gallego de la leche, con animadoras macizas en bandeja -"de contrabando, tío, aquellas dos"-, a él le daba lo mismo beber del orinal la limonada que jarabe de palo de la flaca o baba fronteriza de ese toro enamorado de la luna, creciente o eclipsada, total: "Estamos en fiestas".


La otra que tal que allí bailaba, lo que se dice al lado, y que debía de ser su esposa -"si es que ésa no es de aquí, ni de Ciudad Rodrigo siquiera"-, parecía bastante cosquillosa con tanto eclecticismo estridente, porque lo que le gusta de verdad -"vive por Barcelona"- es la salsa, fíjate, la salsa, que, no es porque lo diga ella, pero es cierto, la cuaja como pocas. Sin embargo, al turista escandinavo le dió ante todo por fijarse, y delante de todos, en él; no por inclinación sin norte o impropia de Castilla, aunque acaso, sino porque el sujeto movedizo lucía un radiante cráneo rasurado. Pura envidia, además, para Pío, ex barbero de cerca de la plaza, que observaba la cosa apoyado en el poste de aquella talanquera, a la derecha de la farmacia, hasta que se le fue la indirecta hacia el primero que por allí pasaba de retirada y con su propia coronilla a cuestas: "Donde hay pelo hay alegría". Frente al ecologismo intelectualoide, que no zampa gato ni liebre, queda lugar donde aún se matan dos o tres pájaros de un tiro. (Y los 100 que quedan volando, para Chillida).





Mas la detonación metafórica alcanza aquí su eco realista. ¡La prueba! Esta misma mañana, cayendo ya en la cuenta de que a este pueblo no se viene a dormir, el turista escandinavo ha tomado el pendingue ("no me preguntes cómo pasa el tiempo") y se ha ido al poblado de Santa Catalina -"¡Jesús, menuda cuesta!"- para leer en paz o así. Y allí arriba, ¡mira por dónde!, se encontraba el bailón rapado, tumbado bajo un coche -"verde Oriol", aclaró Valvas en su día- y arreglando cualquier pijada del aceite o del tubo de escape. Eso sí, se pringaba a modo con todo, pero ello se le hacía llevadero con la radio del coche a tope, en pleno despertar del bakalao en seco, salado, repescado en duro movimiento nacional, bien, bien, bien:-De puta / madre, / de / puta / madre...". Pum, pum-pumpum. A un rapaz no extasiado aunque atento, que no distingue todavía el corcho de la caña, le dio entonces por machacar: "Papá, papá, ¿oyes lo que dice?". Y el extasiado mecánico, que sí distingue todavía entre una peladilla grabada y una pesadilla real, acabó levantando un poquito la cabeza rapada del suelo, ¡y hala!, soltó un lapo potente, mandó la llave inglesa al quinto coño y luego, para sobreponerse a la música ("de / puta / madre"), gritó a más no poder:
"Corno no te calles voy y te hincho los morros, so cabrón". La de la salsa asoma la cabeza enrulada por el hueco de una ventana baja: "¿Alguno queréis chochos?". El turista escandinavo se lo toma en plan Altamira y anota que te anota en su libreta, el jeta, de tapas malvas y con chorreones de vino.

Pues de todo ha de haber, que aquí se vea. A otro le da por cavilar, resacoso, sobre el porqué de la extinción de las tabas. No ya como juego en sí, que ahora se juega golf y en Bolsa, ¡lo que es la vida, Lola!, sino como vulgar hallazgo cuando antaño se iba a comer cualquiera una humilde tajada de carne en salsa. ¿Ya no tienen astrágalos los carneros? Se lo toma él muy a pecho. Tendría que escribir cartas al director, pedir información a Telefónica ("¡Ay, Carmela!") y salir de ese pasmo óseo. Difícil de roer, como el estilo.
A media noche los amigos cantan. Charradas desoladas (por san Roque, ¡que no escriban aquí "chorradas"!), coplas escabrosas, fragmentos populares de surrealismo involuntario con tamboril. Con el pecado revelándose no exclusiva fatal del ser humano, ese vicioso, sino también de lo inanimado, que parece que no se entera: "Escaleras de la iglesia, / ¡cuántas ligas habéis visto! / ¡Cuántos pecados mortales / habréis cometido a Cristo!".
Está bien, ¿o no?, eso de repartirse las culpas entre los individuos y las cosas. Se toca a menos.
A menos imposible. A la orilla del Duero hay poco que decirse. Del, otro lado de La Raya los olivares están arados. Aquí todo se desdibuja. Hasta las lágrimas sin ton ni son, nada patéticas, de quien acaba de perderse en una casa abandonada. Mimetismo ramplón. Réplica de las manchas de humedad en las paredes. En las paredes que ahora tiemblan, cuando amanece y vuelven a pasar por la calle (tarara-papa-chunchún) los longevos Marinos de León con trompetas y redoblantes.

El turista escandinavo, ¿qué mosca le habrá mordido?, ha dejado esta breve nota sobre el grifo de la pila del patio: "Yo me voy a Alicante ya".


Santuario rupestre del TESO DE SAN CRISTÓBAL, lugar mítico de encuentro y festero de Villarino. Me parece que no está protegido por la Junta de Castilla y León como BIC...