Cine en las Arribes del Duero

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Mapa de La Ribera del Duero en 1641, durante la invasión portuguesa

Cascada del Remolino. ARRIBES DEL DUERO

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Tierra de LEDESMA (SALAMANCA)

Campo de LEDESMA (SALAMANCA) entre 1350 y 1393:

La Historia diferente de LAS ARRIBES DEL DUERO- parte 113.

Don Juan Alfonso de Alburquerque (1350-1366)
“Estos señoríos los poseyó después D.Juan Alfonso de Alburquerque y Dª Isabel, su mujer, hija de D. Tello de Meneses.”

Infante Conde Don Sancho- hermano de Enrique II (1366)
“Y luego que reinó D.Enrique, en el año 1366, dio a D.Sancho, su hermano, todos los bienes de D.Juan Alfonso, que había muerto sin sucesión “e diole mas al dicho D.Sancho el señorío de Ledesma con las cinco Villas”.

Doña Leonor de Guzmán o de Alburquerque, hija del infante Don Sancho 1393
Era tía del futuro Rey Fernando I de Aragón, y casó con él en 1393.
“Estos estados y títulos los heredó Dª Leonor de Guzmán de D. Sancho su padre, y los llevó en matrimonio[1]a D.Fernando el de Antequera, que después fue Rey de Aragón, y éste en su testamento, hecho en 1415, dio al infante D. Enrique, su hijo, “el condado de Alburquerque y la villa de Ledesma y Salvatierra, Miranda, Montemayor, Granada y Galisteo, que llaman las Cinco Villas[2].
Doña Leonor de Guzmán, señora de Ledesma, es coronada reina de Aragón en 1414, por lo que acuden a la ciudad aragonesa, representantes oficiales de todos sus señoríos, entre ellos, los representantes de la “Roda de Masueco”[3]. La coronación como reina de Aragón se celebró en 1414.
“Doña Leonor era hija del conde D. Sancho, Condes ambos de Ledesma. El Conde Sancho era hermano del rey Enrique III “el Doliente”, quien se había casado con doña Beatriz, hermana del rey de Portugal…Estas bodas se celebraron en la ciudad de Santarém, pero pronto la peor desgracia cayó sobre ellas.
Era Don Sancho, Conde de Ledesma, un valiente caballero, que con sólo 20 años había intervenido ya en varias batallas. En 1374, estando en Burgos, donde se preparaba una empresa contra el duque de Lancaster (Alencaster) que se metía por estos reinos, una noche fatal, ocurrió la mayor desgracia…”


 Flor del almendro en el lugar histórico de LAVERDE- Poblado del Salto de ALDEADÁVILA DE LA RIBERA. SALAMANCA
El rey Enrique III nos describe este acontecimiento histórico:
“En Burgos se combatía contra el duque de Alencaster por sus abusos, y en este combate, al Conde D. Sancho le alcanzó un golpe de lanza, provocándole una herida fatal, y causándole la muerte. Fue enterrado en la Catedral de Burgos.
Al ocurrir esta desgracia, doña Beatriz, esposa de don Sancho, se hallaba encinta, naciéndole poco después una hija, a quien llamó “Leonor de Castilla”. Para pasar tranquila los tristes días que le esperaban en su viudedad, Doña Beatriz se retiró con su hija a San Felices de los Gallegos, donde moró en su castillo, bien acogida en tan tristes días por la Villa y sus moradores.
En San Felices transcurrieron los años infantiles de la futura reina doña Leonor. Allá arriba, en lo alto de la torre del homenaje, doña Beatriz mostró a su hija muchas veces los dilatados horizontes de ambos reinos.
Doña Beatriz favoreció mucho a la villa de San Felices, y dejó inmejorables recuerdos en ella, pero desgraciadamente su salud no debió de ser muy fuerte, y al cabo de unos seis años pasó a Ledesma, y allí murió el 5 de julio de 1831, siendo enterrada en la Catedral de Burgos, junto a su marido.
Aquella niña, su hija Leonor, que durante varios años había alegrado el ambiente señorial de la Villa de San Felices, al quedar completamente huérfana, fue recogida y llevada a la corte, encontrando en el rey don Juan I, su primo hermano, un sincero y familiar afecto.”

Es el padre Mariana quién la va a presentar en la Corte de Castilla del rey Enrique III el Doliente; he aquí sus palabras:
“Andaba en la corte doña Leonor, hija única de don Sancho, conde de Alburquerque; la dote y sus haberes y rentas, eran de tal guisa, que el pueblo la llamaba la Rica Hembra”.
En efecto, doña Leonor, próximamente a sus dieciocho años, era: condesa de Alburquerque, señora de San Felices y Sobradillo, de Medellín, de Tiedra, Montealegre, Villalba del Azor, Castromonte, Carvajales, Ampudia, Haro, Briones, Belhorado, Cerezo y Ledesma, su tierra. Esto solo por su padre, porque, en esta sazón, poseía también todo lo de su madre.
Efecto de esta posición suya opulenta, sucedió que eran muchos y buenos los pretendientes que la solicitaban, y vino a alcanzarla el infante don Fernando, llamado el de Antequera, hermano del rey.
Don Fernando de Antequera, a su vez, era señor de Lara, duque de Peñafiel, señor de Medina del Campo, de Castrogeriz, Cuéllar, Olmedo, Villalón, Cifuentes, Mondéjar, Granadilla, Galisteo, Paredes de nava, señores de la villas del infantado, y de otros muchos pueblos que le producían, junto con los de su esposa, millones de maravedíes de renta.
Todo esto, en comparación con lo que ha de venir, será poco para la Condesa, toda vez que su bella estrella, al casarse con el exitoso Fernando, la iba a llevar muy pronto a ser reina de Aragón, y a ser madre de cuatro reyes, y abuela de Fernando el Católico.”
En la obra titulada “Coronaciones de los Reyes de Aragón” de Jerónimo de Blancas, después de tratar del curioso relato de la coronación del infante Fernando, realizada en Zaragoza, se cuenta también el relato de la coronación de la reina doña Leonor, escrita en lenguaje aragonés antiguo.
La ceremonia de la coronación, se celebró en Zaragoza con la mayor de las pompas, el lujo y el esplendor posible de la época:
“Iba doña Leonor del brazo del príncipe, el Duque y sus hijos hacia el palacio de los Mármoles, acompañada también de doncellas, caballeros y escuderos ricamente vestidos. La reina montaba sobre caballo blanco y lujosamente guarnecido, y alrededor de ella, a pie, los Grandes Señores, Infantes y ricos Hombres y caballeros. Así que llegó a la iglesia, hizo oración y se sentó en la silla del Rey.
Después vino el Arzobispo Don Lope de Luna para bendecirla. El Rey se sentó en su silla con las vestiduras con que se había coronado días antes. Allí comenzaron a decir los Obispos y Arzobispos –de todo Aragón- las oraciones correspondientes al acto. Dichas éstas, la Reina doña Leonor, se postró ante el Rey, su esposo, y éste puso sobre su cabeza la corona que era de oro y piedras preciosas: el Cetro en la mano derecha y una sortija en un dedo de sus manos. A continuación el Rey dio la paz, y se acercaron a la reina los Infantes sus hijos a besarle la mano. Y el Rey seguidamente, armó a varios caballeros.
Acabadas estas largas, vistosas y obligadas ceremonias, la Reina regresó en su caballo, maravillando a las gentes que estaban en las calles para verla pasar. Los días siguientes hubo torneos, justas y juegos de cañas apara celebrar la coronación.
Reinaron estos reyes en Aragón felizmente varios años, hasta que el Rey muriera en Igualada, retirándose entonces doña Leonor de Castilla, viviendo muchos años en Medina del Campo, donde murió a los sesenta años de edad en 1435.



[1]         El matrimonio entre Fernando de Antequera (futuro rey Fernando I de Aragón) y su tía Dª Leonor de Guzmán o Alburquerque se celebró en 1393.
[2]        ZURITA: “Antología de Aragón, cap. 60”.
[3] “Documentación del archivo Municipal de Ledesma”. Extensa anotación contenida en “Masueco: ayer y hoy”, Consuelo Hernández Estévez y Delfina Alvarez Cenizo. Gráficas Cervantes, S.A. ISBN: 978-84-613-0702-9, pp.29 y ss.

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