Monumentos de Aldeadávila de la Ribera

Arribes del Duero

En pleno centro del Parque Natural de las Arribes del Duero, no sólo podemos disfrutar de su potente naturaleza, sus especies protegidas, el impresionante Cañón Ibérico del Duero, y sus Presas, ensambladas maravillosamente con el granito, sino también ver y apreciar curiosas y peculiares Torres y monumentos desde la época perromana, como es el caso del denominado "Verraco de Masueco de la Ribera", situado originalmente entre este bonito pueblo y Corporario.

En la página "Monumentos de Aldeadávila de la Ribera" que hemos completado puedes ver unas líneas de las principales obras que perviven en la capital de la Ribera.

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Calzada y Verraco de Masueco

Encontrado en la antigua carretera entre Masueco y Corporario, a 1,5 kms. de Masueco. Se encuentra dañado, pues le faltan las extremidades. Desde los años 50 se conserva en el Museo de Bellas Artes de Salamanca. Coincide en la ubicación con una antigua calzada romana (L-5) que conducía desde Peña Cerracín en Ledesma hasta Aldeadávila, y las antiguas aldeas de Rivas (Ribiela) y Laverde (Poblado del Salto de Aldeadávila).

Esta antigua calzada era muy transitada en la Alta Edad Media, documentada a partir del s.XII, puesto que Rivas pertenecía a la Orden de Santiago, y La Verde era el paso natural, en un remanso del río Duero para cruzar la frontera y traspasar Portugal.

El Padre Césaar Morán nos dice en 1950:

"Al occidente de Ledesma sale otro camino, hoy casi abandonado, que se dirige junto al cementerio al Hito de la Dehesa, que considero un pequeño menhir, y llega por el Norte de Calzadilla a Peñacerracín...A la izquierda se ve la gran mole de la Peña que da nombre a un pueblo,y desciende al río Masueco, que pasaba por un antiguo puente, hoy modernizado. A la derecha queda un castro medio cercado por el río, en las inmediaciones del molino de la Lastra. Sube a Masueco, atravesándolo de oriente a occidente, y aquí, a la vera del camino, estaba el verraco ibérico de Masueco, que hoy se halla en el Museo de Salamanca. Junto a losHumos de Masueco, que es una bonita cascada, están unas interesantes pinturas rupestres. De Masueco, por Corporario hasta Aldeávila, es camino ancho, hoy transformado en carretera. Es fácil que por una barca atravesase el Duero para Portugal."

Manantial de mis Arribes

Continuamos publicando sobre nuestro amigo y novelista Jesús Alejo Guarde: en su obra siempre late el corazón de nuestra Tierra, las Arribes del Duero, las aguas y cortinas sobre las bravas aguas de nuestro río, los cachones, el paisanaje, sus costumbres y su habla tan propia, tan unida a sus peñas.

Manantial que brotas
entre agrietadas rocas.
Nacimiento de aguas cristalinas
que presurosas,
descienden por las colinas,
sorteando cuencas caprichosas. 

Manantial,
que al alma le otorgas sal
y a los seres nutres la vida.
Sacias paladares sedientos
y confortas al que anida.

 Alumbramientos a borbotones
que rellenan profusos cauces,
bendicen cultivos y embriones
y sustentan viñas, almendros y sauces.

Nadie imagina estos parajes.
Repletos de pequeñas cortinas,
que entrecortan la ladera,
engalanando la ribera,
con olivos y plantaciones frondosas.

Jesús Alejo Guarde
24 enero 2015

 Jesús Alejo Guarde- Aldeadávila, SALAMANCA 1957- es un escritor que domina el relato corto, la cercanía con el personaje y su existencia vital. Siempre interesado en los temas de su tierra: LAS ARRIBES DE SALAMANCA. 

Topógrafo y empresario de la construcción, comienza su andadura literaria en 1992 con diversas publicaciones y numerosos artículos en la prensa de su Salamanca natal, también con notables poesías como la dedicada al río Duero.

Su primera publicación: “Aldeadávila de la Ribera: de mi tierra prendado” hace una interesante incursión en las tradiciones y vocabulario de su peculiar Habla; pero es en sus relatos cortos, publicados a partir de 2007, donde se aprecia el dominio de la escena y de la evolución personal de los personajes, donde les dota de una vida muy especial que sólo se puede desprender de los Cachones y Arribes de esta comarca tan peculiar y distinta.

Obras como “Flash de una vida”, “La avispa” reciben diferentes premios literarios, como el entregado por Almudena Grandes en 2009, y le consagran definitivamente como escritor.

Ahora, en 2011, con su primera novela “La Fábrica de la Luz” consagra definitivamente a su tierra, y a la memoria del Salto de Aldeadávila como objetos literarios.